Ola de la suerte

¿Existen estructuras energéticas que no necesiten de tu energía? Resulta que existen. Una de ellas es la ola de de la suerte o coincidencia de las circunstancias favorables personalmente para ti. Cada uno tiene sus olas de éxito.

Frecuentemente sucede así: tuviste suerte en algo y tras ésta llega una cascada de otras sorpresas inesperadas. Parece que en tu vida comenzó una racha buena. Pero las sorpresas no siempre llegan en cascada: sólo e infaliblemente en caso de que el primer éxito te haya alegrado la vida y causado buen humor.

Ola de la suerte

«La rueda de la fortuna» o «el pájaro azul de la suerte» no son sólo metáforas abstractas. La ola de la suerte se forma a modo de una acumulación de líneas de la vida favorables para ti. En el espacio de las variantes hay de todo, incluso tales filones de oro. Si te encuentras en las líneas extremas de esta heterogeneidad y atrapaste la suerte, por inercia, puedes deslizarte a otras líneas de acumulación, donde vas a hallar otras circunstancias favorables. Pero si tras el primer éxito de nuevo tienes una racha mala, significa que el péndulo destructivo te enganchó y te desvió fuera del filón de oro.

La ola de la suerte trae suerte sin quitar al mismo tiempo la energía. Podemos compararla con la ola marina que arroja a la costa al nadador agotado. La ola de la suerte te traslada a las líneas felices de la vida. Al igual que el péndulo, la ola no se preocupa por tu destino, pero tampoco necesita tu energía. Si quieres, túmbate encima de ella y empieza a nadar; si no quieres, ella te pasará por alto sin compasión. La ola de la suerte es una formación temporal, pero no se apodera de la energía ajena, por lo que al fin se extingue como las olas marinas que se rompen contra la orilla.

La ola de la suerte puede darse a conocer bajo la forma de buenas noticias. Te trae información desde otras líneas de la vida.

Estas repercusiones en la línea actual se interpretan como buenas novedades. Y lo que tienes que hacer es aferrarte a este extremo de cuerdita e izarte hacia las líneas de donde provienen las noticias buenas. Y ahí te esperan más que noticias; las circunstancias favorables.

Puede parecer que la ola va y viene. En realidad, la ola de la suerte no se mueve, no coge fuerza ni se debilita. En este modelo hemos aceptado el término «ola» para facilitar la comprensión. Como ya habíamos dicho, la ola de la suerte existe en el espacio de las variantes de modo fijo, en calidad de acumulación de líneas favorables. Eres tú quien desplazándose por las líneas de la vida, encuentras esta heterogeneidad como una ola y la atrapas dejándola entrar en tu vida, o te alejas de ella, arrastrado por los péndulos.

La ola no se interesa por ti; por tanto es muy fácil perderla, te pasará por alto y nunca volverá. De aquí proviene la convicción popular de que es muy difícil atrapar al pájaro de la suerte. En realidad, no hay necesidad de esforzarse para montar la ola de la suerte. Es sólo cuestión de elección: si la admites en tu vida, estará contigo; si te dejas influir por el péndulo destructivo y te compenetras con su energía negativa, te alejarás de la ola de la suerte. Las personas siempre actúan a la manera de «no llores hoy lo que no supiste guardar ayer». El pájaro de la suerte no se opone en absoluto a picotear el grano de tus manos. No tienes que atraparlo. Bastará con no echarlo fuera.

Es uno de los aspectos más paradójicos de la libertad de elección. Las personas realmente pueden elegir para sí la felicidad y la suerte. Y, al mismo tiempo, no están libres de los péndulos que los apartan de la ola de la suerte. Volvemos de nuevo al mismo asunto. Para tomarse la libertad de elección es imprescindible renunciar a la dependencia. Asimismo, tenemos derecho a estar libres de la influencia de los péndulos ajenos. Sólo nos queda por saber cómo podemos asumir estos derechos.

Vadim Zeland: El espacio de las variantes, Cap. 2