Ola de la suerte

Las personas realmente pueden elegir para sí la felicidad y la suerte. Y, al mismo tiempo, no están libres de los péndulos que los apartan de la ola de la suerte.La ola de la suerte trae suerte sin quitar al mismo tiempo la energía. Podemos compararla con la ola marina que arroja a la costa al nadador agotado. La ola de la suerte te traslada a las líneas felices de la vida. Al igual que el péndulo, la ola no se preocupa por tu destino, pero tampoco necesita tu energía. Si quieres, túmbate encima de ella y empieza a nadar; si no quieres, ella te pasará por alto sin compasión. La ola de la suerte es una formación temporal, pero no se apodera de la energía ajena, por lo que al fin se extingue como las olas marinas que se rompen contra la orilla.

Péndulos II

Si te molesten los pensamientos sobre lo que a ti no te gusta, eso habrá en tu vida.
Quieres algo o lo odias: eso no tiene importancia. Lo importante es: si tus pensamientos se concentran en el objeto de tus sentimien­tos, la energía de los pensamientos se fija en una frecuencia determinada como consecuencia, te encuentras dominado por un péndulo y te trasladas a las líneas de la vida correspondientes, donde el objetivo de fijación está presente en abundancia.

La elección más difícil

Tú no puedes establecer las leyes que gobier­nan el mecanismo de elección, ni tampoco puedes establecer las alternativas entre las que elegir. Pero sí puedes elegir; de hecho, tienes que hacerlo. Mas es aconsejable que aprendas cuáles son las leyes que pones en marcha cuando eliges y cuáles son las alter­nativas entre las que eliges.

El espacio de las variantes

En nuestro conocimiento, imaginamos el movimiento de la materia como una ley, más en la naturaleza este movimiento es engendrado de una forma natural, como infinita multitud de causas y consecuencias. En términos generales, los datos de todos los puntos de movimiento posibles de la materia se guardan en algún campo de información al que llamaremos espacio de las variantes. Este espacio contiene la información sobre todo lo que hubo, hay y habrá.

El poder de elegir

El contexto de responsabilidad nos devuelve particularmente uno de los grandes poderes del ser humano el poder de elegir. Utilizando este poder con sabiduría podemos experimentar la vida más conscientemente y de esta forma evolucionar más de prisa.
Como víctima, nos sentimos impotentes, prisioneros en el seno de un mundo absurdo. El contexto de responsabili­dad, por el contrario, nos hace sentir que en cada instante tenemos el poder de elegir y de volver a elegir nuestra vida. Por supuesto que hay situaciones difíciles, pero al estar en contacto con nuestro poder, somos capaces de entrar en contacto con una gran fuerza interior que nos permite hacerles frente. Este sentimiento de ser creadores de nuestra vida nos devuelve todo el sentido de la grandeza y de la dignidad de nuestra propia humanidad.

Responsabilidad

Muchas personas en crecimiento consciente se dan cuen­ta después de varios años que efectivamente han educado sus hijos con unos principios que ahora descubren inapropiados e incluso destructores. Además, para aliviar la conciencia de un peso inútil, recordemos que nuestros hijos nos han elegi­do exactamente como somos, con nuestras cualidades y nuestros defectos (lo que se ha dicho anteriormente sobre la culpabilidad se aplica directamente aquí). No podemos hacer más, de lo que nuestro grado de evolución nos permite o nos ha permitido hacer. Nuestros hijos nos han elegido así. A nivel de sus Ellos, cuando eligieron, conocían los límites de nuestra personalidad. Somos, o hemos sido, los padres per­fectos para nuestros hijos, perfectos en el sentido que he­mos sido nosotros los elegidos por ellos para evolucionar y crecer en su vida.