Borrar la historia personal

Poco a poco tienes que crear una niebla en tu alrededor; debes borrar todo cuanto te rodea hasta que nada pueda darse por hecho, hasta que nada sea ya cierto. Tu problema es que eres demasiado cierto. Tus empresas son demasiado ciertas; tus humores son demasiado ciertos. No tomes las cosas por hechas. Debes empezar a borrarte.

Empieza por lo fácil, como no revelar lo que verdaderamente haces. Luego debes dejar a todos los que te conozcan bien. Así construirás una niebla en tu alrededor.

Borrar la historia personal

Lo malo es que, una vez que te conocen, te dan por hecho, y desde ese momento no puedes ya romper el lazo de tus pensamientos. A mí en lo personal me gusta la libertad ilimitada de ser desconocido. Nadie me conoce con certeza constante, como te conocen a ti, por ejemplo.

Tu problema es que tienes que explicarle todo a todos, por obligación, y al mismo tiempo quieres conservar la frescura, la novedad de lo que haces.

De ahora en adelante, debes simplemente enseñarle a la gente lo que quieras enseñarle, pero sin decirle nunca con exactitud cómo lo has hecho.

Sólo tenemos una alternativa: o tomamos todo por cierto, o no. Si hacemos lo primero, terminamos muertos de aburrimiento con nosotros mismos y con el mundo. Si hacemos lo segundo y borramos la historia personal, creamos una niebla a nuestro alrededor, un estado muy emocionante y misterioso en el que nadie sabe por dónde va a saltar la liebre, ni siquiera nosotros mismos.

Cuando nada es cierto nos mantenemos alerta.

Te tomas demasiado en serio, te das demasiada importancia ¡Eso hay que cambiarlo! Te sientes de lo más importante y eso te da pretexto para molestarte con todo. Eres tan importante que puedes marcharte así no más si las cosas no salen a tu modo. Sin duda piensas que con eso demuestras tener carácter. ¡Eres débil y arrogante!

La arrogancia es otra cosa que hay que dejar, lo mismo que la historia personal.

El mundo que nos rodea es muy misterioso. No entrega fácilmente sus secretos.

Mientras te sientas lo más importante del mundo, no puedes apreciar en verdad el mundo que te rodea. Eres como un caballo con anteojeras: nada más te ves a ti mismo, ajeno a todo lo demás.

Carlos Castaneda: Viaje a Ixtlan

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *