BUSCADOR, ¿QUÉ BUSCAS?

 

En el mundo han existido y existen infinidad de seres humanos que vuelcan su vida activa en la búsqueda de lo que se denomina “La Verdad”, “La Esencia de la Vida” “La Piedra Filosofal”, “La Iniciación”, “La Iluminación”, y un montón de “Las” más allá de lo imaginable. Cada cultura, tiempo y lugar esgrime esta necesidad, intrínseca por otra parte, dentro del corazón y cabeza humanos.

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Somos capaces, y lo hacemos, de pasarnos una vida entera buscando. Pero, ¿qué es realmente lo que buscamos?, ¿hemos cavado hasta en lo más profundo de nosotros mismos esta pregunta?, ¿cual es en realidad mi necesidad interior, mi falta? Porque en definitiva, de una carencia se trata, sino no buscaríamos nada. Es algo de lo que carecemos, algo que permanece ignoto. Es como si dentro de nuestra consciencia existieran dos orillas y una de ellas ignora qué se encuentra en el lado opuesto. Pero la llamada no puede provenir del lado que ignora, pues su misma esencia lo dice, sino del lado que “conoce” y que desea hacerse consciente en nosotros.

Entonces existe ya, desde siempre, ese punto inmaculado de Verdad que desea ser reconocido, vivido y experimentado por cada ser humano que anhela, y anhela porque esa misma Verdad se ha hecho activa en su consciencia al principio como simple necesidad vital. Y ahí es, precisamente, donde comienza nuestro periplo, un periplo que nos puede llevar toda una vida, habiéndola transformado simplemente en un comando de búsqueda tras búsqueda, de gurú en gurú, de escuela en escuela, de seminario tras seminario, mantras, conferencias, charlas, viajes a países cercanos o lejanos en donde una posible bendición o iniciación nos permitirá experimentar la verdad genuina que nos salvará. Craso error. Por estos métodos siempre encontraremos  al final de la desilusión: la carencia fundamental, y volveremos a intentarlo. La próxima vez seguro, pensamos. Más búsquedas. Todo aquello que me dicen terceras personas es lo auténtico, ellas saben más pero, y aunque posiblemente lo hagan con buen rollo, nunca saben más que lo que se oculta en nuestro interior. En el interior de todo el mundo y en especial de aquellos que han despertado a la pregunta de: quién o qué soy,  se encuentra el germen de todo este proceso pues es precisamente este pequeño pulsar interno el que nos cuestiona si cesar que dirijamos la mirada hacia él, quien nos responderá de primera y genuina mano “qué somos”.

Por eso os invito a que sin ninguna pretensión y dejando que las cosas sean, os preguntéis sinceramente “qué soy”. La energía se centra en el corazón, suavemente. Dejar reposar allí la pregunta y permitir experimentar lo que surja. Existen muchas puertas cerradas que tenemos que aprender a abrir para hacer consciente lo que ocultan e incorporarlo a nuestro ser. Esto no nos lo puede decir nadie pues sólo el ser lo sabe. A través de este proceso de auto-conocimiento llegaremos a la “otra orilla”, nuestra orilla, nuestro real ser: La Presencia del Ser, el Espíritu. Somos Espíritu esperando ser descubierto. Cuando esto sea, entonces reconoceremos que no necesitamos ser iluminados por nada ni iniciados de nada pues en nosotros ya está todo eso y mucho más. Sabremos de primera mano, esa es la prerrogativa del Espíritu. La mayor experiencia nos espera, no mañana, ni en el próximo evento al que asistir, sino Ahora, busca en el centro de tu interior en donde la Paz, la Armonía, y la Verdad son ya, desde siempre, tuyas. Eso somos.

Encarna Penalba- DESDE MI VENTANA