La compasión no se trata solo de ser amable o suave y ciertamente no es una debilidad. Es una de las declaraciones de fortaleza y coraje más importantes entre los seres humanos. La compasión es difícil y poderosa, es contagiosa e influyente. Y de manera crucial, quizás sea el único lenguaje universalmente reconocido con la capacidad de transformar el mundo.
La resistencia bloquea el flujo creativo. Cuando siento resistencia, la suelto. Permito todo lo que quiera presentar y manifestar. Una vez que el flujo de la vida me presenta esas cosas, elijo honrarlas y poner todo mi trabajo y mis esfuerzos allí.
Sé cuándo estoy alineada con el flujo de la vida porque me brinda prosperidad y facilidad.
Mi vida florece inesperada y deliciosamente. Estar en el flujo nunca se siente difícil ni forzado: no importa cuánto trabajo represente, siempre se siente adecuado y alegre.
No es que queramos deshacernos de la resistencia, definitivamente queremos prestar mucha atención a la información que revela, es más como si quisiéramos transformar esa resistencia que es como una pared que bloquea el flujo, en un trampolín para impulsarnos más cerca de nuestra verdad.
Una definición de diccionario de la compasión diría algo así como: “una sensibilidad hacia el sufrimiento de uno mismo y de los otros junto al compromiso de intentar aliviarlo”. Esta frase sintetiza dos procesos. El primero es el coraje de volverse hacia, relacionarse y entrar en contacto con el dolor y el distrés, en vez de optar por evadirlo o ignorarlo. El segundo es la disposición a adquirir la sabiduría que necesitamos para responder adecuadamente frente al sufrimiento.
Sé cuándo estoy alineada con el flujo de la vida porque me brinda prosperidad y facilidad.
Mi vida florece inesperada y deliciosamente. Estar en el flujo nunca se siente difícil ni forzado: no importa cuánto trabajo represente, siempre se siente adecuado y alegre.
Me exhorté a mí mismo: “Tengo que mantener mi mente muy clara, muy pura antes de perder el conocimiento. Este es el momento de usar mi atención plena para darme cuenta de la inevitabilidad de la muerte. Si muero pacíficamente con un estado mental puro y claro, mi vida futura será brillante. Quizás logre una etapa de iluminación al ver la verdad de la impermanencia. No debo bloquear mi mente con miedo o confusión. No importa cuán fuerte sea mi apego a la vida, debo dejarlo ahora”. Por lo tanto, hice el esfuerzo para evitar que surgiera cualquier estado mental perjudicial frente a la muerte y alenté a que surgieran estados saludables.
Si no amamos nuestras sombras, en realidad no las estamos aceptando, pues no hay diferencia entre la aceptación total y el amor. En la verdadera aceptación, nuestro corazón está completamente abierto y, por tanto, el amor fluye naturalmente. Ya no hay juicios ni separación.
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