El cambio del ser comienza, en la mayoría de los casos, con volvernos conscientes de algo de lo que antes no éramos conscientes. Pero el ser mismo puede crecer y desarrollarse; nuestro nivel del ser puede cambiar, y paralelamente con eso, crece nuestro conocimiento. El trabajo real es el trabajo sobre el ser, pero el conocimiento ayuda. Al mismo tiempo, el trabajo sobre el conocimiento es también importante, y entonces el ser ayuda, porque, en el estado en que estamos, ni siquiera podemos adquirir mucho conocimiento: será despedazado y dividido entre los diferentes «yoes». A veces, las personas trabajan durante varios años, adquieren información, pero no trabajan sobre su ser. Entonces abandonan, pero no pueden olvidar el conocimiento que adquirieron y éste trabaja en ellas; pero su ser no guarda correspondencia con ello y de ese modo su conocimiento se deforma.
Existen hombres de mente superior, de quienes proviene este conocimiento. Aunque no podemos reconocerlos si no desean ser reconocidos. Pero si lo desean, pueden mostrar que están en un nivel diferente. Si nos encontramos con personas de un nivel superior, no reconoceremos su ser, pero podemos reconocer su conocimiento; conocemos los límites de nuestro conocimiento, de modo que podemos ver cuándo alguien sabe más que nosotros. Esto es todo lo que nos es posible en nuestro estado actual. Pero no podemos ver si otra persona es consciente o no, o más consciente que nosotros. Parecerá la misma, o incluso, y esto es particularmente interesante, a menudo sucede que las personas que están más desarrolladas parecen menos conscientes y podemos considerarlas más mecánicas de lo que nosotros lo somos.
A fin de liberarse, es necesario someterse a muchas más leyes durante cierto tiempo, pues uno puede aprender a ser libre solamente obedeciendo a más leyes. Para esto hay muchas razones. Una razón es que somos demasiado indulgentes con nosotros mismos; si nos fijamos una tarea, después de algún tiempo empezamos a formular excusas. Y entonces nos engañamos demasiado.
De modo que, como dije, si las personas quieren continuar estudiando, deberán aceptar ciertas condiciones. Esto significa que deberán efectuar el estudio práctico. Si las personas no toman el trabajo con bastante seriedad, es desperdiciar el tiempo. Usted tiene derecho a marcharse y a interrumpir las pláticas, de modo que no hay obligaciones ni de uno ni del otro lado. Yo tengo otro trabajo que hacer, pero, renunciar a mi tiempo para esto, es necesario, porque es el único modo de establecer una escuela. Si puedo decir «Si hoy muero, el trabajo continuará», eso significará que está establecida una escuela. Si todo depende de mí, eso significa que la escuela no tiene fuerza suficiente.
El centro permanente de gravedad llega en cierto momento en relación con el trabajo, cuando uno ya está seguro de lo que está haciendo, y seguro del sistema, y cuando esto se vuelve más importante que todo lo demás, cuando ocupa el lugar principal en la propia vida. Este es el momento en el que se establece el centro permanente de gravedad. Pero cuando uno se interesa por las ideas del sistema, y sin embargo en cualquier momento alguna otra cosa puede volverse más importante, esto significa que uno no tiene centro de gravedad.
Toda ocupación corriente en la vida, puede convertirse en trabajo. Si uno trata de aplicar las ideas del trabajo, entonces, poco a poco, cualquier cosa que uno haga se convierte en trabajo.
Debe aprender primero a trabajar por sí mismo; sin eso no podrá hacer nada; debe aprender a ser útil a usted mismo, a cambiarse. En segundo lugar, debe aprender a ser útil a las personas en la escuela, debe ayudarlas; y luego, debe aprender a ayudar a la escuela como un todo. Como dije, sólo cuando uno trabaja sobre las tres líneas en total, podrá obtener pleno beneficio de la escuela; y de ese modo uno aprende lo que puede hacer fuera de la escuela. Además, en la escuela, uno aprende las leyes cósmicas y empieza a entender por qué ciertas cosas son imposibles.
El entendimiento es necesario, y es una actitud personal. Las personas no convierten a la existencia de la escuela en una preocupación personal, y ésta no puede ser impersonal. En muchos casos, las palabras se alzan en el camino del entendimiento. Las personas hablan de primera línea, segunda línea, tercera línea, repitiendo tan sólo palabras: y cesan de entender nada. Usan estas palabras con demasiada facilidad. Es necesario que usted tenga su propio cuadro personal de estas líneas: antes que usted adquiera conocimiento, nuevas ideas, derribando los viejos prejuicios, descartando las viejas ideas que ha formulado en el pasado y que se contradicen entre sí, estudiándose, estudiando el sistema, intentando recordarse y muchas otras cosas. Deberá pensar sobre lo que quiere conseguir, sobre lo que quiere saber, sobre lo que quiere ser, sobre cómo cambiar los viejos hábitos de pensar, los viejos hábitos de sentir. Todo eso es la primera línea.