Dinero

Es difícil querer el dinero sin un propósito por el que poseerlo, por lo que aquí es prácticamente imposible evitar las relaciones de dependencia. Sólo puedes reducirlas al mínimo. Si recibes algo de dinero, alégrate. Pero en ningún caso debes consumirte de pena por su escasez o pérdida; si lo haces, tendrás cada vez menos. Si uno gana poco, un error típico será lamentarse por la constante falta de dinero. Los parámetros de tal emisión corresponden a las líneas de la vida pobres.

Sobre todo es peligroso someterse a la angustia al ver que el dinero escasea cada vez más. El miedo es la emoción más cargada de energía; por lo tanto, con el temor de perder o no ganar dinero te trasladas, del modo más eficaz, a las líneas donde en realidad habrá menos y menos dinero para ti. Si has caído en esta trampa, salir de ahí será bastante difícil, pero posible. Para eso tienes que eliminar la causa del potencial excesivo que has creado.

Y en este caso la causa es tu dependencia del dinero o tu enorme deseo de tenerlo.

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Para empezar, resígnate y conténtate con lo que ya tienes. Recuerda que siempre puede ser peor. No tienes que renunciar al deseo de tener dinero. Sólo debes tomar con tranquilidad el hecho de que, de momento, el dinero no fluya en abundancia hacia ti. Asume la postura del jugador que en cualquier momento puede enriquecerse o perderlo todo.

Muchos péndulos utilizan el dinero como medio universal para ajustar cuentas con sus partidarios. Es precisamente esta actitud de los péndulos lo que condujo al fetichismo total del dinero. Con dinero uno se asegura la subsistencia en el mundo material. Prácticamente todo se vende y todo se compra. Todos los péndulos, cualquiera que sea el que elijas, pagan con dinero. Y es aquí donde se oculta el peligro. Al picar el anzuelo de un falso brillo puedes desviarte a líneas de la vida muy alejadas de tu felicidad.

En la búsqueda de sus fines, los péndulos crearon el mito de que, para conseguir el objetivo, es necesario tener recursos. De esta manera el objetivo de cada persona en particular queda reemplazado por un sucedáneo artificial: el dinero. Como se puede conseguir de diferentes péndulos, uno no piensa en el objetivo en sí, sino en el dinero, y así cae bajo influencia del péndulo extraño. Uno deja de comprender qué es lo que realmente quiere lograr en la vida y se incorpora a una inútil carrera por dinero.

Para los péndulos tal estado de cosas resulta ventajoso; el individuo, en cambio, cae en la dependencia y se desvía del camino. Al trabajar para el péndulo extraño, uno no puede ganar mucho dinero, puesto que trabaja para un objetivo que le es ajeno. En esa situación se encuentran muchas personas. Tal es el origen del mito de que la riqueza es un privilegio de la minoría. En realidad cualquiera puede ser rico, si va rumbo a su objetivo.

El dinero no es el objetivo, ni siquiera un medio para conseguirlo; únicamente es un atributo acompañante. El objetivo es aquello que uno quiere conseguir en la vida. Aquí tienes ejemplos de algunos objetivos. Vivir en casa propia y cultivar rosas. Viajar por el mundo y conocer países lejanos. Pescar truchas en Alaska. Esquiar en los Alpes. Criar caballos en una granja propia. Disfrutar de la vida en la propia isla en el océano. Ser estrella del espectáculo. Pintar cuadros.

Está claro que para alcanzar algunos objetivos es necesario poseer un saco de dinero. Así es, precisamente, como actúa la mayoría: intenta conseguir este saco. Se piensa sólo en el dinero, relegando el objetivo mismo en segundo plano. Según las reglas del Transurfing, intentan pasar a las líneas de la vida donde les espera el saco. Pero mientras se trabaja para el péndulo extraño es muy difícil obtener el saco, por no decir casi imposible. Así resulta que no hay ni dinero ni objetivo conseguido.

No puede ser de otra manera, pues en vez de objetivo, la emisión de la energía mental está sintonizada con la frecuencia de un sucedáneo artificial.

Si crees que sólo podrás conseguir tu meta siendo rico, manda esta condición al cuerno. Supongamos que quieres viajar por el mundo. Es evidente que para eso se necesita mucho dinero. Para alcanzar lo deseado piensa en tu objetivo y no con qué medios lo realizarás. El dinero vendrá solo puesto que es un atributo acompañante. Todo es tan fácil… Suena increíble, ¿verdad? Pero es realmente así, y pronto te persuadirás de ello. Los péndulos, en la búsqueda del propio beneficio, han dado vuelta a todo. No es el objetivo que se consigue con la ayuda de dinero, sino el dinero el que viene por el camino hacia el objetivo.

Ahora sabes hasta qué grado es potente la influencia de los péndulos. Esa influencia ha dado lugar a muchos mitos y errores. Incluso mientras lees estas líneas puedes opinar lo contrario, pensar que, obviamente, primero uno debe llegar a ser un gran empresario, banquero o una estrella del cine, y sólo entonces llega ser millonario. Es cierto, con una salvedad: en millonarios se convirtieron sólo aquellos que no pensaban en la riqueza, sino en su objetivo. En cuanto a la mayoría de la gente, hace lo contrario: ya sirviendo a un objetivo que le es ajeno y no le conviene, ya reemplazando su objetivo por un sucedáneo artificial, ya renunciando por completo a su objetivo por la irrealizable condición de comenzar por ser rico.

En realidad no existe ningún límite para la riqueza. Puedes desear absolutamente todo lo que te plazca. Si es verdaderamente tuyo, lo tendrás. En cambio, si el objetivo es impuesto por el péndulo, no conseguirás nada. De nuevo vuelvo a repetir que el dinero no es más que un atributo acompañante por el camino hacia el objetivo. Por tanto no te preocupes por él, que vendrá solo. Lo importante ahora es disminuir al mínimo la importancia del capital monetario para no crear potenciales excesivos. No pienses en el dinero: piensa sólo en lo que quieres obtener.

Al mismo tiempo, el dinero se debe tratar con mucha atención y cuidado. Si ves una monedilla en el suelo y te da pereza agacharte para recogerla, significa que no lo respetas en absoluto. Difícilmente el péndulo del dinero te favorecerá si tratas con negligencia sus atributos.

No tienes que preocuparte a la hora de gastar. De esta manera el dinero cumple su misión. Si has tomado la decisión de gastarlo, no lo lamentes. El propósito de ahorrar una suma redonda y gastar lo menos posible crea un potencial fuerte: el dinero se acumula en un lugar y no va a ninguna parte. Pues bien, así hay una gran probabilidad de perderlo todo. Al mismo tiempo es necesario ser prudente al gastar el dinero para que haya movimiento. Allí donde el dinero no se mueve surge el potencial. Por algo los ricos practican la beneficencia. De esta manera disminuyen el potencial de su riqueza acumulada.

Vadim Zeland: El espacio de las variantes, cap. IV

2 comentarios de “Dinero

  1. Encarna Penalba dice:

    El conocimiento de este hombre no deja de sorprenderme. Lo que dice tiene coherencia, y me surge la pregunta: ¿si es tan evidente, cómo es que no lo había penasado antes? ¡He ahí la cuestión!

    • Luis dice:

      Tampoco es que sea tan fácil llevarlo a la práctica, ya que al estar llenos de programaciones caemos en los errores que se comentan en el artículo.

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