Dios juega al juego del escondite…

Dios juega al juego del escondite...

Dios juega al juego del escondite, pretendiendo ser gente separada para que el amor, la aventura y la vuelta a Casa puedan tener lugar.

Esta idea de que todos nosotros estamos divididos en personalidades separadas, es indispensable. Sin ella, el universo se desploma en una deidad unificada y perfecta en el Centro.

Nosotros necesitamos el juego de pretender para tener una historia. Pero es una historia, una ficción. No es verdadero.

La verdad última es que yo soy usted.

Sin embargo, ambas son necesarias. Tenemos que permitir el descenso divino en la particularidad y la individualidad.

Este descenso no es solo un juego humano. Es un juego divino para que el amor entre en el mundo.

Es un juego enormemente costoso y doloroso, pero ¿quién lo tendría de otro modo?

Finalmente, hay solo una Consciencia.

Solo Dios existe, el Yo Soy, el Uno.

Ello es verdadero en ese nivel, pero nosotros no podemos vivir en ese nivel, ni Dios quiere vivir en ese nivel.

Los otros niveles acontecen y son muy preciosos y esenciales para la historia.

En estos niveles, nosotros somos individuos seudoseparados, DANDO CON ELLO AL AMOR UNA OPORTUNIDAD DE FLORECER.

A usted se le ha dado el pequeño yo para cuidarlo como una encarnación única de la Realidad.

Ésta no es una manera de tachar al yo pequeño, sino de DARLE UNA PRECIOSIDAD DIVINA.

 

Douglas Harding