El despertar

Despertar es el resultado del trabajo personal. Va por grados. El despertar completo significa un cambio grandísimo, y eso necesita tiempo, porque significa adquirir nuevas funciones psíquicas. De modo que sólo podemos estudiar los grados o pasos que el hombre debe atravesar. A uno le pueden mostrar el camino, pero debe trabajar por sí mismo. Aprender es algo pequeño por sí mismo, pues el hombre puede cambiarse sólo a través de la aplicación del conocimiento que obtiene. El hombre puede volverse consciente de sí mismo en un momento dado. Esta consciencia de sí mismo es el despertar: uno de los atributos de otro estado de consciencia.

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La consciencia de sí es un estado permanente. El recuerdo de sí es un experimento; un día puede ser afortunado y otro día, desafortunado. Puede ser más profundo o menos profundo.

Dos cosas nos hacen retroceder: la ignorancia y la debilidad: no sabemos bastante y no somos bastante fuertes. La cuestión es cómo saber más. Mediante el estudio de sí: ese es el único método. Luego, viene la lucha con la identificación y la imaginación, las principales causas de la debilidad. Sólo que, en los casos individuales, estas cosas asumen diferente color. Lo que parece de un color para una persona, parece de un color diferente para otra. Pero las cosas que nos hacen retroceder son más o menos las mismas.

La identificación es algo muy difícil de describir, porque ninguna definición es posible. Tales como somos, nunca estamos libres de identificarnos. Si creemos que no nos identificamos con algo, estamos identificados con la idea de que no estamos identificados. Usted no puede describir la identificación en términos lógicos. Tiene que encontrar un momento de identificación, atraparlo, y luego comparar las cosas con ese momento. La identificación está por doquier, en cada momento de la vida corriente.

Cuando se inicia la observación de sí, algunas formas de identificación ya se toman imposibles. Pero en la vida corriente, casi todo es identificación. Es un rasgo psicológico muy importante que impregna toda nuestra vida, y no lo advertimos porque estamos en él. El mejor modo de entenderlo es hallar algunos ejemplos. Por ejemplo, si ve un gato con un conejo o un ratón, esto es identificación. Luego, encuentra en sí mismo analogías respecto de este cuadro. Sólo que debe entender que está allí a cada momento, no en momentos excepcionales. La identificación es, en nosotros, un estado casi permanente. Debe poder ver este estado aparte de usted mismo, separarlo de usted, y eso sólo puede hacerse tratando de volverse más consciente, tratando de recordarse, de ser más consciente de sí. Sólo cuando se vuelva más consciente de sí, usted podrá luchar con manifestaciones como la identificación. Pero el sujeto de la identificación no es importante: el resultado es el mismo.

Se debe aprender a distinguir lo importante de lo menos importante, y si vuelve su atención hacia cosas más importantes, se identifica menos con cosas no importantes. Debe comprender que la identificación nunca puede ayudarle; sólo confunde más las cosas y las vuelve más difíciles. Si comprende incluso eso, eso sólo puede ayudarle en algunos casos. La gente piensa que estar identificada la ayuda, no ve que eso sólo dificulta más las cosas. Eso carece de energía útil, sólo tiene energía destructiva.

La identificación siempre tiene un elemento emocional: una especie de perturbación emocional, pero a veces se convierte en un hábito, de modo que uno ni siquiera advierte la emoción.

Sólo la identificación es destructiva. La emoción sólo puede dar nueva energía, nuevo entendimiento. Se confunde identificación con emoción. No se conoce la emoción sin identificación, de modo que, al principio, no se puede visualizar una emoción libre de aquélla. La gente piensa, a menudo, que habla de una función emocional cuando en realidad habla de identificación.

Tener algún sentimiento sin identificarnos es muy difícil, a no ser que empecemos a vigilarnos. Luego, fáciles géneros de identificación (quiero decir fáciles individualmente) responderán al tratamiento. Pero todos tienen sus propias especialidades en identificación. Por ejemplo, es fácil para mí no identificarme con la música, para otro tal vez sea muy difícil.

El amor es imposible con identificación. La identificación mata todas las emociones, excepto las emociones negativas. Con la identificación sólo subsiste el lado desagradable.

La identificación es un estado. Se debe entender que muchas cosas que se atribuye a cosas fuera de usted, están realmente en usted. Tome el miedo, por ejemplo. El miedo es independiente de las cosas. Si usted está en un estado de miedo, puede tener temor de un cenicero. Esto ocurre a menudo en los estados patológicos, y un estado patológico es sólo un estado corriente intensificado. Usted tiene miedo, y entonces elige de qué tener miedo. Este hecho le hace imposible luchar con estas cosas, porque están en usted.

La simpatía es una emoción normal y legítima, y puede existir sin identificación. Puede haber simpatía sin identificación y simpatía con identificación. Cuando la simpatía se mezcla con la identificación, a menudo termina en ira u otra emoción negativa.

P. D. Ouspensky: El cuarto camino, cap. 5