El hombre y el mundo

Debemos estudiar al mundo en el que el hombre vive, a fin de tratar de entender por qué el hombre es lo que es y por qué no puede ser diferente. No podemos encontrar respuestas a todas estas preguntas si estudiamos al hombre separadamente del mundo en el que vive. En cierto sentido, el hombre es análogo al universo; las mismas leyes operan en él y hallaremos que es más fácil entender alguna de estas leyes, estudiando al hombre, mientras otras leyes las podemos entender mejor, estudiando al universo.

3 (53)

Primero de todo, debemos comprender las limitaciones de nuestra percepción y nuestro poder de pensamiento; de modo que este estudio incluye también el estudio de nuestras limitaciones. El sistema amplía muchísimo nuestro conocimiento, pero no puede obrar milagros. Si tratamos de pensar en el mundo aparte de nosotros mismos y verlo como es, incluso desde el punto de vista físico con la ayuda del telescopio o del microscopio, comprenderemos cuan limitadas son nuestras capacidades de percepción, pues están limitadas por el tamaño. Y nuestra capacidad para la visión mental es infinitamente más limitada. Aunque fuéramos a ponernos en contacto con la fuente del conocimiento pleno, tales como somos no podríamos tomarlo ni usarlo, pues, aunque podemos saber más de lo que corrientemente sabemos, en nosotros hay un límite definido: en nuestra mente. De modo que debemos conocer todas nuestras limitaciones y, entonces, cuando conozcamos el poder de nuestro instrumento, sabremos qué podemos conseguir. La primera idea del sistema es que, hasta cierto punto, podemos mejorar este instrumento para adquirir conocimiento: esta es la idea del mejoramiento de sí.

Casi todo lo que llamamos conocimiento no es realmente conocimiento, porque es meramente conocimiento de una pequeña parte, sin conocer el lugar de esta parte en el todo.

El conocimiento de todo es posible con el uso de dos principios: el principio de la relatividad y el principio de la escala. Si hablamos sobre el mundo, es necesario conocerlo todo acerca del mundo, y podemos conocer todo lo que necesitamos conocer acerca de él si tomamos las cosas  en  diferentes  escalas.  Podemos  conocer  mucho  más  de  lo  que  conocemos corrientemente si estudiamos las cosas conmensurables con nosotros y que tienen relación con nosotros en una escala, y cosas que están más alejadas de nosotros y que no tienen relación definida con nosotros, en otra escala, más pequeña, de un modo más abstracto. De esta manera, podemos obtener toda la cantidad necesaria de conocimiento sin aprender demasiado, y este conocimiento incluirá poquísimas cosas inútiles, porque si aprendemos todo indiscriminadamente, no conoceremos las cosas necesarias.

Por ejemplo, conocen su casa en una escala proporcionada a su cuerpo, pero la ciudad en que viven la conocen en una escala mucho más pequeña. Algunas partes las conocen bien, otras partes no tan bien, pero no hay parte de ella que conozcan tan bien como su propia casa. Y a Inglaterra la conocen en una escala más pequeña aún, Europa en una escala más pequeña todavía, y así sucesivamente.

Continuara…

P. D. Ouspensky: El cuarto camino, cap. VIII