El otro secreto

Probablemente has intentado hacer muchas cosas para hacer que tu vida mejore, has intentado usar hábitos nuevos, probablemente hayas intentado usar el pensamiento positivo, visualizaciones, oraciones y rituales, y no hayas conseguido mayores éxitos.

La llamada ley de atracción, que ahora parece haberse puesto de moda, es exactamente la misma ley del mentalismo que ha sido predicada por los movimientos nueva era y sus antecesores desde hace al menos un par de siglos. Su efectividad es completamente cuestionable aunque creo que esto se debe más a la forma en la que se ha enseñado que al principio mismo en el que se basa.

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Los Kahuna dicen que en realidad se puede materializar el futuro que uno desee, si es que uno sabe hacerlo, y ellos de cierto lo sabían: para eso se usaban lo que se llama Oración-Acción o Rito Ha, que en términos generales se corresponde bastante a las técnicas de visualizar y desear que hasta el cansancio hemos oído mencionar.

Básicamente se ha dicho: El Universo es inteligente y responde a lo que tú le pidas. En cierto sentido eso es verdad; pero no es tan simple, y la prueba de ello es la cantidad de personas que tratan de usar la ley de atracción y fallan. El universo no responde a lo que uno pide, responde a lo que uno le muestra. Lo que la gente intenta hacer cuando visualiza es precisamente mostrarle al universo lo que desean que se materialice; pero hay dos cosas fundamentales que las personas olvidan o simplemente no las saben por desconocer los principios: En primer lugar, el universo solo ve algo que pueda verse, esto significa que a menos que uno pueda construir un pensamiento-forma capaz de sostenerse por sí mismo de modo estable es imposible que el universo lo vea.

Piénsalo un poco si tú pudieras ver por tus ojos cuando visualizas, ¿podrías entender lo que muestras?, cuando la gente visualiza sólo pretende que puede ver algo que de hecho no está ahí, ellos mismos no ven nada más que trazos moviéndose sin coherencia ni sentido, si tú visualizas una manzana, no ves el color rojo, y si lo ves no ves la forma de la manzana, y si ves la forma de la manzana no ves el tallo de arriba, y todo aparece durante un segundo y luego desaparece y luego vuelve a aparecer, y en el siguiente momento piensas en un pastel de manzana, y en aquella amiga de la infancia que se llamaba María a la que le decían pastelito porque le encantaban los pasteles de manzana y luego en tu tía María la que vive en Nueva York y luego en la estatua de la libertad, y luego piensas que Nueva York es la gran manzana y ahí es cuando dices: ¡Ah cierto que estaba pensando en una manzana!

¿Cómo es que con esa sucesión caótica de pistas puede el universo entender lo que tú deseas? Ahora mi punto es: si no pueden visualizar una manzana con claridad, ¿Cómo van a imaginar un empleo bien remunerado o una pareja que les ame? Esto requiere entrenar la mente, conocer técnicas efectivas y por supuesto el practicarlas con paciencia y dedicación, en ciertos casos algunas visualizaciones mal hechas pueden ser entendidas; así que si tu problema es falta de claridad no es un asunto tan prioritario, lo verdaderamente prioritario es la segunda cosa que olvidan las personas: Nada puede verse si el camino que lleva la información al Universo está roto. Y esta es la razón de que el 90% de las oraciones no sean escuchadas ni los deseos cumplidos, aunque muestres perfectamente lo que deseas, aunque lo puedas definir en detalle eso no sirve de nada si no hay nadie allá afuera escuchándote, si el camino se ha roto y nada puede pasar por ahí entonces nada puede ser hecho.

¿Cómo se rompe este camino?, pues en realidad es muy simple de romper, porque la comunicación con la inteligencia universal es muy frágil. Principalmente se rompe cuando hay sensación de culpa, cuando uno tiene ira, odio y resentimiento hacia alguien o hacia algo, cuando no puede perdonar o no quiere perdonar, o cuando uno siente que no puede ser perdonado.

Shri Khaishvara Satyam Mahadeva: El otro secreto, cap. I