El recuerdo de sí

El recuerdo de sí es un método de despertar. Lo que usted está haciendo ahora es sólo una preparación, sólo el estudio del método. Debe hacer tanto como pueda en su estado actual; luego, cuando cambie su situación interior, podrá usar toda la experiencia que ahora adquiere. Pero alcanzar el significado real del recuerdo de sí sólo es posible en estados muy emocionales. Puesto que no puede crear estos estados emocionales, no puede saber qué es el recuerdo de sí, pero puede prepararse para esta experiencia; entonces, cuando llegue, sabrá cómo tratarla. Es necesaria elevadísima energía emocional para el recuerdo de sí. Ahora estamos sólo practicando, pero sin esta práctica, nunca obtendrá el estado real.

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El recuerdo de sí es el comienzo y el centro del sistema y lo más importante que hay que aprender. No puede describirlo como una acción intelectual o una idea intelectual. Tiene que empezar a estudiar qué significa intelectualmente el recuerdo de sí, pero, en concreto, no es intelectual porque es un momento de la voluntad. Es necesario recordarse, no en un momento tranquilo, cuando nada ocurre, sino cuando sabe que está haciendo algo malo… y no lo hace. Por ejemplo, cuando se identifica, debe poder sentirlo y luego detenerlo y al mismo tiempo recordarse, ser consciente de que lo está haciendo, que la mecanicidad hace que usted se identifique y que está deteniéndola. Eso será recuerdo de sí.

¿Cómo puede uno empezar a practicar el recuerdo de sí?

Recuerde que di un ejemplo de variables grados de luz en una habitación y una máquina de escribir. La máquina de escribir puede considerarse como el centro intelectual, y la luz como la consciencia. Sólo que, en el caso de la consciencia, hay cierta conexión entre todos los centros, pues a plena luz no sólo un centro sino todos los centros trabajan de manera diferente. El real recuerdo de sí requiere emoción, pero no tenemos control sobre el centro emocional. De modo que, mediante cierto entendimiento, podemos hacer que el centro intelectual, sobre el cual tenemos cierto control, trabaje en la oscuridad como si hubiese luz, y esto producirá el recuerdo de sí. El recuerdo de sí significa una forma de pensar o de trabajo intelectual que corresponde al despertar, y de este modo induce un momento de despertar.

Luego, al despertar por un momento, uno se da cuenta que generalmente está dormido, que no está consciente, y cuan peligroso es esto. Cuanto más se dedica a esto, cuanto más lo entiende, mejor será el resultado. Si se da cuenta que, por no recordarse, usted pierde, y que por recordarse, gana, tendrá un mayor incentivo para realizar esfuerzos en orden a recordarse. Verá que no recordarse es como encontrarse en un aeroplano, muy por arriba de la Tierra, y quedarse profundamente dormido. Esta es, de hecho, nuestra situación, pero no deseamos darnos cuenta de ella. Si un hombre se da cuenta, entonces naturalmente realizará esfuerzos para despertar. Pero si piensa que está tan sólo sentado en un sillón y no ocurre nada en particular, pensará que, al dormir, no hay perjuicio alguno.

Los pensamientos son lo único que podemos controlar. Hasta cierto punto, podemos controlar los movimientos, pero en condiciones normales, sin instrucción especial, con los movimientos no podemos hacer nada. Con respecto a los pensamientos, primero de todo debemos desechar todos los pensamientos conectados con la identificación y pensar en las ideas del sistema. Esta es la preparación para el recuerdo de sí, porque en todos los casos llegamos a la necesidad de recordarnos. Si no puede recordarse, trate de revivir en su mente las ideas del sistema. El sistema todo, el estudio del hombre y del universo, todo es ayuda para el recuerdo de sí. Este pensamiento le recordará por sí solo y creará para ello una atmósfera interior. Pero primero deberá eliminar todos los pensamientos que están en el camino. Si en esta etapa no puede controlar los pensamientos, no puede hacer nada más. Tal vez no pueda controlar su genio, o su imaginación, o su mentir, pero debe controlar sus pensamientos. En los momentos tranquilos, debe poder ver cuándo está equivocado. Si no puede, eso significa que aún no empezó; pero más temprano o más tarde uno debe empezar.

Trate de imaginarse consciente: ese sería el uso correcto de la imaginación. Desarrollamos este poder de la imaginación de un modo absolutamente equivocado e inútil que está siempre perturbándonos. Pero ahora, por una sola vez, trate de usarla e imaginarse consciente. Trate de pensar cómo actuaría, pensaría, hablaría, etc.

Al comienzo, el recuerdo de sí es un esfuerzo sobre las funciones. Empieza a recordarse simplemente mediante la formación de sus procesos mentales en cierto sentido, y esto aporta momentos de consciencia. No puede trabajar sobre la consciencia misma: puede realizar uno o dos esfuerzos espasmódicos, pero no esfuerzos permanentes. Pero puede realizar esfuerzos sobre los pensamientos, y, de este, modo, trabajar sobre la consciencia de una manera indirecta. Esta es la parte más importante del método. Trate de entender la diferencia entre recordarse de este modo y ser consciente. Es el mismo proceso mental que usa en todo, en leer, en escribir y en todo lo que hace, de manera que tiene cierto control sobre eso. Aunque introduzcamos en el recuerdo de sí la misma cantidad de energía que introducimos en el estudio de un idioma extranjero, adquiriríamos cierta cantidad de consciencia. Lamentablemente, ni siquiera queremos introducirle esa cantidad de energía; pensamos que estas cosas deben llegar por sí solas, o que basta con intentarlo una sola vez y eso sucede. El recuerdo de sí requiere esfuerzo, de modo que, si usted continúa realizando estos esfuerzos, los momentos de consciencia llegarán más a menudo y permanecerán más tiempo. Luego, gradualmente, el recuerdo de sí cesará de ser puramente intelectual: tendrá poder despertador.

La emoción es una función y la sensación es una función, pero el recuerdo de sí no lo es. Es un intento de crear en uno mismo un estado de consciencia, sin relación alguna con las funciones. Desde el comienzo mismo debemos entender que las funciones son una cosa y los estados de consciencia, otra. Ahora usted se halla en cierto estado de consciencia, y mediante el intento de recordarse, trata de crear una aproximación al tercer estado de consciencia. Hace esto mediante cierta reconstrucción. Reconstruye cierta forma de pensar que usted tiene en estados superiores de consciencia. No puede mantener un destello de consciencia a menos que sus pensamientos estén en cierta forma. Es absolutamente simple: ¿recuerda el ejemplo de la línea de atención con dos flechas? La atención se dirige sobre mí y sobre la cosa que veo. Esta doble atención es la forma de pensar correspondiente a otro estado de consciencia.

P. D. Ouspensky: El cuarto camino, cap. V