El secreto de los grandes cazadores

– Ser cazador, significa que uno puede ver el mundo en formas distintas. Para ser cazador, hay que estar en perfecto equilibrio con todo lo demás.

– Yo he vivido más que tú. No tengo nada pendiente. No hay ninguna prisa en mi vida, por eso puedo tener contigo un gesto como es debido.

– Un día descubrí que, si quería ser un cazador digno de respetarme a mí mismo, tenía que cambiar mi forma de vivir. Me gustaba lamentarme y llorar mucho. Tenía buenas razones para sentirme víctima. Soy indio y a los indios los tratan como a perros. Nada podía yo hacer para remediarlo, de modo que sólo me quedaba mi dolor. Pero entonces mi buena suerte me salvó y alguien me enseñó a cazar. Y me di cuenta de que la forma como vivía no valía la pena de vivirse… así que la cambie.

1 (68)

– ¿Por qué debería ser el mundo sólo como tú crees que es?  ¿Quién te dio la autoridad para decir eso?

– En eso consiste el secreto de los grandes cazadores. En ponerse al alcance, y fuera del alcance, en la vuelta justa del camino.

– Tus problemas de ahora surgen de allí. Cuando estás escondido, todo el mundo sabe que estás escondido, y cuando no, te pones en medio del camino para que cualquiera te dé un golpe.

– Ser inaccesible significa tocar lo menos posible el mundo que te rodea. No comes cinco perdices; comes una. No dañas las plantas sólo por hacer una fosa para barbacoa. No te expones al poder del viento a menos que sea obligatorio. No usas ni exprimes a la gente hasta dejarla en nada, y menos a la gente que amas.

– Ponerse fuera del alcance significa que evitas, a propósito, agotarte a ti mismo y a los otros.

– Un cazador sabe que atraerá caza a sus trampas una y otra vez, así que no se preocupa. Preocuparse es ponerse al alcance, sin quererlo. Y una vez que te preocupas, te agarras a cualquier cosa por desesperación; y una vez que te aferras, forzosamente te agotas o agotas a la cosa o persona de la que estas agarrado.

– Un cazador usa su mundo lo menos posible y con ternura, sin importar que el mundo sean cosas o plantas, o animales, o personas o poder. Un cazador tiene trato íntimo con su mundo, y sin embargo es inaccesible para ese mismo mundo.

Es inaccesible porque no exprime ni deforma su mundo. Lo toca levemente, se queda cuando necesita quedarse, y luego se aleja raudo, casi sin dejar señal alguna.

– Ser cazador es mucho más que sólo atrapar animales. Un cazador digno de serlo no captura animales porque pone trampas, ni porque conoce las rutinas de su presa, sino por qué él mismo no tiene rutinas. Ésa es su ventaja. No es de ningún modo como los animales que persigue, fijos en rutinas pesadas y en caprichos previsibles; es  libre, fluido, imprevisible.

Carlos Castaneda: Viaje a Ixtlan