Elegir el propio destino

El Transurfing es un modo de elegir el propio destino, literalmente, como si fuera un producto en el supermercado.

A menudo yo, como la mayoría de los demás, intentaba reclamar a este mundo lo que supuestamente me correspondía. En respuesta, el mundo me daba la espalda con indiferencia. Los consejeros experimentados me decían que el mundo no cede porque sí: hay que conquistarlo. Entonces intentaba luchar contra él, pero no llegaba a conseguir nada, sólo agotarme. Y también para estos casos, los consejeros tenían preparada la respuesta: «Primero cámbiate a ti mismo y luego exige del mundo lo que quieras». Entonces intentaba luchar contra mí mismo. Resultó más difícil aún. […]

Elegir el propio destino

Si eres así de pobre, enfermo, feo, infeliz, significa que la culpa es tuya. Tú mismo eres imperfecto y, por lo tanto, estás obligado a cambiar. El hombre se encuentra ante el hecho de que él, desde el principio, representa una aglomeración de defectos y vicios, sobre los cuales tiene que trabajar duro. Qué imagen tan triste, ¿verdad? Resulta que si un hombre no tuvo la suerte de nacer rico y feliz desde el principio, entonces su destino es bien llevar humildemente su cruz, o bien consagrar toda su vida a la lucha. No es muy grato para el alma celebrar este tipo de vida. ¿Será cierto que en toda esta desolación no hay ningún rayo de esperanza? […]Aun así hay salida. […] … el Transurfing […]

Si consideras que tú mismo creas tu destino, en este caso asumes conscientemente la responsabilidad de todo lo que te ocurre en la vida. Luchas contra las olas intentando manejar tu barquito. Presta atención a lo que está ocurriendo: tu elección siempre se realiza. Lo que eliges es lo que obtienes. […]