Emociones diferentes

El objetivo del cuarto camino es llevar al hombre hacia la conciencia. La conciencia es cierta facultad que existe en todo hombre normal. Es realmente una diferente expresión de la consciencia, sólo que la consciencia trabaja más sobre el lado intelectual, y la conciencia, más sobre el lado moral: ayuda a comprender lo que es bueno y lo que es malo en la propia conducta. La conciencia es un estado en el que uno no puede esconderse nada y debe desarrollarse en el hombre. Este desarrollo es paralelo y simultáneo con el desarrollo de la consciencia. No podemos decir que no la tenemos, de modo que no significa un desarrollo especial de algo que no existe en nosotros, sólo que en nuestra vida está detrás de las escenas, sepultado muy profundamente en nosotros y dormido. En la vida corriente puede despertar por un momento, y cuando lo hace, particularmente al principio, siempre aporta sufrimiento, pues es muy desagradable enfrentar la verdad sobre uno mismo.

2 (280)

La conciencia en relación con las emociones es lo mismo que la consciencia en relación con las ideas. Le puede ser más fácil entender qué es la conciencia si piensa en el significado etimológico de las palabras consciencia y conciencia. La consciencia significa todo el conocimiento conectado junto. Pero no podemos hablar de todo el conocimiento, porque eso seria demasiado elevado; podemos hablar solamente de todo el conocimiento que podemos tener en relación con el mismo tema. Debe estar conectado con la consciencia de sí de modo que la consciencia debe ser «usted mismo», conectada con todo lo que usted sabe acerca de alguna cosa en particular. La conciencia es la misma cosa, sólo que en relación con las emociones. Tener un momento de conciencia es sentir de inmediato eso que usted siente sobre alguien o algo. Si puede sentir todo lo que siempre sintió en relación con la misma persona, el mismo país, la misma casa, el mismo libro o algo más junto, esto sería un momento de conciencia y verá cómo hay muchas contradicciones en sus emociones. A no ser qué haya tenido esta experiencia, no podrá imaginar cuántos sentimientos diferentes tiene usted. En un estado de conciencia, los vemos todos a la vez. He aquí porqué es un estado tan desagradable. La conciencia no es tan distante, sólo que tenemos muchos métodos de tratar con ella para impedimos sentirla, como la imaginación, las emociones negativas, la justificación, etc., pues esto es demasiado molesto.

En un momento de conciencia, lo desee o no, usted sentirá todas sus emociones sobre el mismo tema a la vez. Pero ésa no es una definición de conciencia. La conciencia puede definirse como un sentimiento emocional de la verdad sobre un tema dado. Como dije, la conciencia es lo mismo que la consciencia, sólo que nos parece diferente. Somos subjetivos, de modo que tomamos las cosas desde un punto de vista subjetivo. Cuando pensamos acerca de la consciencia, pensamos acerca de cierta fuerza, de cierta energía o estado en conexión con la apreciación intelectual. La misma energía, la misma fuerza puede manifestante a través de las emociones, y esto puede sucederle a hombres absolutamente corrientes en condiciones corrientes. A veces, las personas pueden tener un sentido emocional de la verdad: algunas más, otras menos. Esto es conciencia. La falta de consciencia, la ausencia de recuerdo de sí y muchas otras cosas como la identificación y la imaginación, nos cierran respecto a estos momentos de conciencia que de otro modo serian posibles. Ver las contradicciones y la conciencia están conectados, pero no son la misma cosa, y si los toma juntos, jamás llegará a ninguna parte.

Nuestra consciencia, como la tenemos en nuestro estado, no puede manifestarse a través del centro intelectual, porque el centro intelectual es demasiado bajo, puesto que principalmente trabaja sólo con la parte formativa. Pero a veces puede manifestarse a través del centro emocional y entonces, como dije, se llama conciencia. La consciencia, para manifestarse, necesita larga preparación, capacidades intelectuales y cosas por el estilo, pero la conciencia trabaja más a menudo y más fácilmente que la plena consciencia. La plena consciencia necesita mucho conocimiento conectado con darse cuenta de la propia existencia, pero debe ser un darse cuenta constante: no basta darse cuenta de esto hoy y olvidarlo mañana.

Al principio, cuando la conciencia se manifiesta en nosotros, se vuelve contra nosotros, y empezamos a ver todas nuestras contradicciones interiores. Habitualmente, no podemos verlas porque estamos siempre en uno u otro pequeño compartimiento, pero la conciencia puede ver desde la cima y mostrarnos que aquí sentimos una cosa, allí otra cosa, y aquí nuevamente una cosa absolutamente diferente, todas sobre el mismo tema.

Toda nuestra vida, todos nuestros modos habituales de pensar, tienen sólo un objetivo: evitar conmociones, sensaciones desagradables, comprensiones desagradables sobre nosotros mismos. Y esto es lo principal que nos mantiene dormidos, porque, a fin de despertar, no debemos tener miedo, debemos ser lo bastante valientes como para ver las contradicciones.

Incluso muy aparte de la cuestión de la conciencia, es importante descubrir en usted que, cuanto tiene emociones fuertes (esto no se refiere a emociones pequeñas), cuando siente fuertemente acerca de alguna cosa en particular, puede estar prácticamente seguro de que en otro momento tendrá una emoción diferente sobre la misma cosa. Si no puede ver esto en usted, véalo en otras personas. Cuando se dé cuenta de la existencia de estas emociones contradictorias, eso le ayudará a entender su mecanicidad y su falta de entendimiento de usted mismo: falta de conocimiento de sí. Mientras sintamos emociones diferentes en tiempos diferentes, ¿a qué nos parecemos? En un momento confiamos, en otro momento somos suspicaces; en un momento gustamos, en otro momento no gustamos. De modo que el objetivo es poner juntas esas emociones diferentes; de otro modo, nunca nos conoceremos. Si siempre sentimos sólo una emoción a la vez, y no recordamos a las otras emociones, estamos identificados con eso. Cuando tenemos otra emoción, olvidamos la primera; cuando tenemos una tercera, olvidamos la primera y la segunda. En la vida, por imitación y de otros diferentes modos, aprendemos muy tempranamente a vivir en una suerte de estado imaginario para salvarnos de lo desagradable, de modo que las personas desarrollan en sí mismas esta capacidad de ver sólo una emoción por vez.

P. D. Ouspensky: El cuarto camino, cap. VI