LA MEDITACIÓN AUTÉNTICA EMPIEZA DESCANSANDO EN EL ESTADO NATURAL

 

En Meditación Auténtica partimos de la base de permitir que todo sea tal y como es. En Meditación Auténtica no nos movemos hacia el estado natural ni tratamos de crearlo; en realidad empezamos en el estado natural desde el principio. Esto es lo que descubrí hace muchos años, cuando empecé a deshacerme del meditador, del controlador, cuando me senté a meditar y me limité a permitir que todo fuese lo que era. Enseguida me di cuenta de que la paz y el silencio que quería conseguir estaban ya ahí. Lo único que tenía que hacer era dejar de intentar llegar a esa paz y a ese silencio. Lo único que tenía que hacer era sentarme y permitir que mi experiencia fuese la que era.

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Como casi todo el mundo, cuando me  sentaba a meditar a veces me sentía bien y en paz. Otras veces me sentía agitado, enfadado o lleno de ansiedad. A veces me ponía triste y otras veces contento. En la postura de meditación llegué a sentir toda la diversidad de emociones humanas. Me di cuenta de que si permitía que mi experiencia fuese la que era y si no hacía ningún esfuerzo por cambiarla, en la conciencia comenzaba a surgir un subyacente estado del ser natural. De manera muy sencilla y natural, empezaba a surgir un estado de conciencia incontaminada, no fabricado. Yo diría que era un estado de conciencia muy inocente pues no resultaba de ningún esfuerzo ni disciplina. Descubrí que el estado natural, el estado natural de nuestro ser, no es un estado alterado de conciencia. Muchas personas asocian la meditación a estados alterados de conciencia. Sin embargo, esto da lugar a un enorme malentendido en torno al potencial de la meditación. Me refiero al potencial del despertar espiritual, de la realización de lo que tú eres y de todo lo que es, a la unidad de todo. Aprendemos, o asumimos, que  para percibir todo como uno y dejar de percibirnos como seres separados necesitamos entrar en un estado alterado de conciencia. Y, sin embargo, la verdad es precisamente lo  contrario. Para percibir todo como uno no necesitamos entrar en un estado alterado de conciencia. Se trata de un estado de conciencia no alterado; es el estado natural de la conciencia. Por comparación, todo lo demás es un estado alterado.

Al pensar en la meditación debemos deshacernos de la idea de que la iluminación es un estado alterado de conciencia al que podemos llegar. Los meditadores veteranos saben que si meditas con rigor durante bastante tiempo, al final entrará en estados alterados de conciencia. Existen muchos tipos de estados alterados. La felicidad es un estado alterado de conciencia. La tristeza es un estado alterado de conciencia. La depresión es un estado alterado de conciencia. Luego están, por supuesto, todos los estados místicos de fusión: la fusión con el cosmos es un estado alterado de conciencia; la sensación de expansión de tu conciencia es otro estado alterado de conciencia. Hay muchos tipos de estados de conciencia alterados. Esto es un gran malentendido.

La iluminación es el estado de conciencia natural, inocente, que no está contaminado por el movimiento del pensamiento, ni por el control o la manipulación mental. El ser en estado despierto, el ser en estado iluminado, también es conocido como el ser en estado natural. En esto consiste la iluminación. Si intentamos cambiar, no podremos ir más allá de lo que denomino falsa identidad, de la identidad del ego. Lo único que podemos hacer para que la conciencia empiece a despertar de su identificación con el pensamiento, con la sensación, con el cuerpo, con la mente y con la personalidad, es permitirnos descansar en el estado natural desde el principio.

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