La seguridad de la incertidumbre

La única certeza en la vida es que la incertidumbre será tu constante compañera.

Lo único que no cambia es el cambio mismo. Y ni siquiera podemos estar seguros de ello. 

La incertidumbre no es negativa ni errónea – es el camino.

La mente no puede conocer el futuro – sólo puede adivinar, imaginar, soñar.

4-2-19

Todo lo que parece tan sólido se vuelve dudoso, sin previo aviso. ¡Ni siquiera sabemos si vamos a despertar mañana!

Nuestros seres queridos morirán. El éxito puede convertirse en fracaso de la noche a la mañana. Repentinamente, nuestras relaciones cambian de forma. Los absolutos se vuelven relativos en un abrir y cerrar de ojos.

Las estructuras familiares, las cosas que dábamos por sentadas, los mañanas que imaginamos, los planes y esperanzas a las que nos aferramos son sumamente frágiles, y el trauma se esconde bajo la superficie de las cosas en este universo contingente.

La tendencia, especialmente en Occidente, es dar la espalda a esta incertidumbre, distraernos, ser indiferentes y calmarnos a nosotros mismos, etiquetar a la mitad de la vida como ‘negativa’ u ‘obscura’ y huir lo más rápido posible. ¡Trabajar más duro! Drogas, alcohol, internet, sexo, incluso la espiritualidad es utilizada para calmar nuestras ansiosas y divididas mentes. 

Pero en el centro de la incertidumbre se encuentra una poderosa enseñanza espiritual: la enseñanza universal de dejar ir, de salir de la ‘historia’ de nuestras vidas y poner atención a este momento sagrado, descubrir aquello que siempre está presente, aquí y ahora, más allá de la certidumbre, más allá de la duda. 

Tu inmutable presencia, la presencia de Dios, el sabor familiar de la vida misma, la íntima Certeza que siempre has buscado en el ‘mundo’, está siempre aquí, brillando espléndidamente, mientras todo en tu vida cambia, como debe ser. La calma en medio del caos.

Jeff Foster