Los 6 pilares del Ho’oponopono

Estos son los fundamentos en los que basa el Dr. Len el proceso Ho’oponopono, es la base de la técnica y es real:

“Yo opero en mi vida y mis relaciones de acuerdo con los siguientes principios:

1)    El universo físico es una realización de mis pensamientos.

2)    Si mis pensamientos son cancerígenos, ellos crean una realidad física cancerosa.

3)    Si mis pensamientos son perfectos, ellos crean una realidad física desbordando AMOR.

4)    Yo soy 100% responsable de crear mi universo físico tal como es.

5)    Yo soy 100% responsable de corregir los pensamientos cancerígenos que crean una realidad de enfermedad.

6)    Nada existe allí fuera. Todo existe como pensamientos en mi mente”.

Tomado del cuaderno de notas el Dr. Ihaleakala Hew Len

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“Sentirse 100% responsable de lo que ocurre en toda nuestra vida. Responsable de todo lo que hacen o dicen todas las personas que participan en ella, porque si están en mi película es que yo les di el guión. Ya sea nuestro esposo o el presidente, si forma parte de nuestra realidad es responsabilidad nuestra. Ello no significa que sea “culpa” nuestra que el otro haga o diga algo, sino que es mi dibujo: si está en mi película, si lo estoy viendo, es que yo lo dibujé. Ya sea a nivel consciente o inconsciente.

Cuando terminé de leer esta información, escuché a mi suegro que estaba peleándose por teléfono con un proveedor, y me di cuenta de que mi ego, en ese instante, se estaba vanagloriando de confirmar una creencia que yo tengo respecto a mi suegro: creo que mi suegro es peleón. El hecho de que él sea peleón a mí no me afecta directamente, ya que no pelea conmigo, pero hace que el ego sienta placer de confirmar su sistema de creencias. Lo único que quiere el ego es confirmar que tiene razón, para justificarse. El ego necesita justificar haber armado un sistema de creencias. Entonces, el ego nos dice: “¿viste que era verdad que esa persona es de tal modo?”

Esta nueva teoría nos responsabiliza totalmente, y cambia la forma en que vemos todo lo aprendido; y cierra con lo que desde el principio dice el Curso de Milagros, y también la física cuántica, respecto a que el observador afecta lo observado.

Entonces, si una persona está en mi película, yo soy responsable de todo lo que haga o diga, aunque no sea conmigo. Y la técnica es decirle a esa persona mentalmente: “Lo siento, te amo” y luego decirme a mí misma: “Lo siento, me amo”.

Así que cuando escuchaba pelear a mi suegro por teléfono, le pedí disculpas mentalmente, le dije “lo siento, te amo, lamento que el concepto que yo tengo de ti haga que ahora tú estés mostrándome este aspecto tuyo; perdóname por convocar este aspecto en ti”. E inmediatamente, me dije a mí misma “Lo siento, me amo; me perdono por haber sentido ese placer de tener razón, me perdono por crear en ti lo que me demuestra que eres peleador, confirmando mi creencia”.

No me crean, por favor, pruébenlo. Díganle mentalmente a cada persona que tenga una reacción que les provoque fricción, “Lo siento, te amo, lo siento, me amo. Ho’oponopono”. Mi suegro tardó menos de un minuto en cortar la comunicación amablemente, despidiéndose con un beso del proveedor ¡al que le estaba gritando un minuto antes!”

Es necesario aclarar que cuando vemos actitudes que no nos agradan en la otra persona, en realidad son nuestras memorias las que están mandando allí. No estamos realmente viendo a la persona tal como es, la estamos percibiendo a través del filtro de nuestros juicios y creencias. Cuando decimos en nuestro interior las palabras “lo siento, te amo”, o cualquier otra herramienta que usemos, lo decimos para borrar nuestras memorias, no para cambiar la conducta del otro y así poderla ver como lo que realmente es. Todos venimos de la misma fuente y todos estamos llenos de datos del pasado y si nos encontramos en la vida es porque tenemos memorias comunes que limpiar. Por eso mismo, todo lo que no me gusta del mundo que veo, sólo lo puedo cambiar cambiando yo, borrando mis pensamientos. Todo lo que veo de feo en el otro, lo sano borrándolo en mí. Con las personas que convivimos es con quienes más tenemos que borrar, porque con ellas compartimos más memorias comunes.

Cuando algo desagradable nos ocurre, “reaccionamos” de acuerdo a esa cadena de pensamientos negativos y memorias dolorosas que condicionan nuestra visión de la realidad, y que “crean” nuestro infierno o paraíso. Al reaccionar creamos más de lo mismo, ya que nuestro pensamiento se plasma en la realidad física (no sólo queda dentro de nuestra mente, y nuestro cuerpo), también “altera” nuestro mundo circundante, somos co-creadores de todo lo que nos rodea; el mundo externo es un reflejo de nuestro mundo interno. Tanto las personas que admiramos como las que criticamos son los espejos de lo que aprobamos y desaprobamos en nosotros aunque no estemos conscientes de ello. Cuando ves a alguien que te desagrada enormemente, no ves a la persona en cuestión, ves tus miedos reflejados en él.

Cuando estamos angustiados, tal vez por la mala situación económica, la ausencia de amor en nuestra vida, o que no nos gusta nuestro trabajo, estamos creando más de lo mismo. “Si nuestros pensamientos son cancerígenos, crean una realidad física cancerígena”, si piensas de acuerdo a ello, estás creando un circulo vicioso, ya que tu enfoque está centrado en eso y lo estás creando, consciente o inconscientemente, con tus poderes mentales.

Como lo exterior es un reflejo de tu estado interior, para cambiar tu exterior debes centrarte en cambiar tu interior, y practicando el Ho’oponopono, paulatinamente lo vas a lograr. Cuando tienes fe, y no estás persiguiendo ningún resultado en particular, es cuando suceden los milagros, si te dejas sorprender.

Jocelyne Ramniceanu: Palabras mágicas, cap. 3