Verdad e ilusión

Si ya entendieses la diferencia que existe entre la verdad y las ilusiones, la Expiación no tendría objeto. Él instante santo, la relación santa, las enseñanzas del Espíritu Santo y todos los medios por los que se alcanza la salvación no tendrían ningún propósito. Pues todos ellos no son sino aspectos del plan cuyo fin es cambiar tus sueños de terror a sueños felices, desde los cuales puedas despertar fácilmente al conocimiento. No te pongas a ti mismo a cargo de esto, pues no puedes distinguir entre lo que es un avance y lo que es un retroceso. Has considerado algunos de tus mayores avances como fracasos, y has evaluado algunos de tus peores retrocesos como grandes triunfos.

Tu propio objetivo

Estamos tan acostumbrados a los estereotipos establecidos que los consideramos como una valiosa experiencia acumulada por la humanidad. En realidad, estos estereotipos son formados por los péndulos, la gente sólo se conforma con ellos por fuerza. Toda la sociedad se basa sobre los péndulos que viven y se desarrollan por su cuenta, según sus leyes, como entidades de información energética que someten a los partidarios a su voluntad. Su influencia sobre el humano es tan grande que la mente se nubla, literalmente, y el hombre pierde la capacidad de pensar independiente y conscientemente.

Morir para todo lo de ayer

Morir para todo lo de ayer. Sólo aquel que muere cada día, está más allá de la muerte.

Morir es amar. La belleza del amor no se encuentra en los recuerdos del pasado ni en las imágenes del mañana. El amor no tiene pasado ni futuro; la que los tiene es la memoria, que no es amor. El amor con su pasión está más allá del orden de la sociedad que somos cada uno de nosotros. “Uno” muere, y el amor está ahí.

Modelo esotérico-psicológico

El modelo esotérico-psicológico se apoya sobre la premisa de que tenemos un instrumen­to, en el interior de la estructura de nuestra personalidad, cuya función es la de crear y de atraer bajo la vigilancia del Ello.

—la conciencia está en evolución hacia una expresión cada vez más amplia y perfecta de sí misma en el seno de los tres mundos inferiores (físico, emocional y mental);

—a fin de permitir la realización de esta evolución, atrae­mos las condiciones de vida física que necesitamos para aprender a armonizar cada vez más la personalidad con la conciencia del Ello.

Influencias favorables

El hombre, e incluso la humanidad, no existen separadamente, sino como parte del todo de la vida orgánica. La Tierra necesita vida orgánica en conjunto: hombres, animales, plantas. El Rayo de la Creación es una rama que crece, y esta comunicación es necesaria a fin de que la rama pueda crecer más. Todo está conectado, nada está separado, y las cosas más pequeñas, si existen, sirven a algo mayor. La vida orgánica sirve a los fines planetarios, no existe por sí misma. Un hombre individual es una célula altamente especializada en aquélla, pero, en esa escala, una célula individual no existe: es demasiado pequeña. Nuestros puntos de vista corrientes son muy ingenuos y antropocéntricos: todo gira en torno del hombre. Pero el hombre es una cosa muy insignificante, parte de una máquina grandísima.