La belleza es peligrosa

El relato de mi mismo

La libertad consiste en permanecer solo, sin apegos ni temores, libre en la comprensión del deseo que engendra ilusiones. Existe una fuerza inmensa en el permanecer solo. Es el cerebro condicionado, programado, el que nunca está solo, porque está repleto de conocimientos. Lo que está programado, religiosa o tecnológicamente, es siempre limitado. Esta limitación es el factor principal de conflicto. La belleza es peligrosa para un hombre de deseos.

Cómo crear abundancia en tu vida

Tener conciencia de la prosperidad es mucho más que simplemente la habilidad de hacer dinero. Es una idea arraigada mediante la cual se ve la vida no como una lucha, sino como una aventura mágica en la que nuestras necesidades son satisfechas con gracia y serenidad.
Incluye la habilidad de ver belleza en todos los lugares a los que va, de hacer de la gratitud su emoción principal y de abrir su corazón a todas las personas a las que conoce. Tener conciencia de la prosperidad es un estado mental, un sentido, no de creer, sino de realmente saber que lo que necesitamos está a nuestra disposición.

Estar solo

La meditación es el acto de estar solo. Este acto es por completo diferente de las actividades del aislamiento. La naturaleza misma del “yo”, del sí mismo, del ego, es el aislamiento propio, ya sea a través de la concentración, de las diversas formas o métodos de meditación o de las separativas actividades cotidianas. Pero estar solo no es retirarse del mundo. El mundo del hombre es gregario, es la relación mutua de influencias, de opiniones y del peso de la tradición. Es el entretenimiento del pensar y la actividad del ensimismamiento. Esto conduce inevitablemente a la soledad y desdicha del autoaislamiento.

La observación de sí

La observación de sí no puede ser impersonal, pues nos interesamos personalmente por el funcionamiento correcto de nuestra máquina. El funcionamiento correcto del organismo nos es provechoso, el funcionamiento incorrecto es dañino. Uno debe tener una simple actitud comercial para con la propia vida y las propias funciones interiores, y debe saber qué es beneficio y qué es pérdida.

Tocar la iluminación con el cuerpo

Como muchos occidentales, siempre asumí que la meditación era un fenómeno «espiritual», lo que entendí como que de alguna manera tenía que ver con reinos más allá de lo físico. Durante mucho tiempo no me di cuenta de que creía esto, pero en retrospectiva veo que sí. Al mismo tiempo, también es obvio que la práctica de la meditación en realidad tendía a llevarme en la dirección de un compromiso más profundo con lo físico. Especialmente en los intensivos o en los retiros, sentía una cantidad considerable de malestar físico, que veía como una desviación desafortunada e innecesaria de lo que se suponía que “realmente” estaba haciendo. Pensé que, si podía deshacerme de mi malestar, podría progresar más rápidamente en mi práctica. No tenía una idea muy clara de lo que podría significar «progresar», pero definitivamente no incluía la angustia física.

Deformación de la realidad

El hombre no es capaz de percibir el mundo circundante de modo totalmente objetivo. Es como cuando introduces una diapositiva en un proyector de vídeo y ves la imagen. La luz uniforme normal, al atravesar la película, se convierte en una imagen en la pantalla. La percepción representa la pantalla, el mundo circundante es la luz, y nuestra concepción del mundo es la diapositiva, es decir, el modelo de nuestra comprensión de este mundo.