Palabras de Anandamayí

Pregunta: ¿Qué eres tú realmente? 

Respuesta: ¿Cómo puede surgir esa pregunta en tu corazón? La visión de dioses y diosas aparece de acuerdo con la disposición heredada de cada uno. Yo soy lo que soy y lo que seré; yo soy todo lo que tú concibas, pienses o digas. Pero, de forma más concreta, este cuerpo no ha venido al ser para recoger los frutos del karma pasado. ¿Por qué no aceptas que este cuerpo es la encarnación material de todos tus pensamientos e ideas? Todos vosotros lo habéis deseado y ahora lo tenéis. Así pues, jugad con esta muñeca durante un rato. Más preguntas sobre esta cuestión serían inútiles.

En todo el universo, en todos los estados del ser, en todas las formas, Él es. Todos los nombres son Sus nombres; todas las formas, Sus formas; todas las cualidades y todos los modos de existencia son verdaderamente Suyos.

Si uno quiere alcanzar lo Eterno, debe buscarlo en todos y en todo. La búsqueda de la Verdad es el deber del ser humano, para avanzar hacia la Inmortalidad.

El momento que ha pasado no vuelve. Se debe utilizar bien el tiempo. Sólo cuando se emplea en el intento por saber «¿quién soy yo?», se ha empleado bien.

Tú mismo eres el atma autoevidente: buscar y encontrar está íntegramente en ti.

En la riqueza y en la propiedad no hay ciertamente paz. ¿Qué da entonces la paz? Mi naturaleza verdadera es paz, conocimiento, conciencia divina; a menos que esto se comprenda y hasta que se comprenda, ¿cómo puede haber paz? Para encontrar tu Sí mismo debes revelarte a ti mismo. ¡Qué hermoso!

Si uno se detiene en lo que se puede conseguir siguiendo una sola vía, el objetivo de la vida humana no se alcanzará. Lo que se requiere es una comprensión que desarraigue el conflicto y las divergencias de opinión, que sea completa y esté libre de antagonismo intrínseco. Si no es así, la experiencia interior será parcial e incompleta.

En la verdadera comprensión no puede existir ninguna disputa con nadie; se está plenamente iluminado en cuanto a todos los credos, religiones, doctrinas y sectas y se ven todos los caminos como igualmente buenos. Ésta es la comprensión absoluta y perfecta. Mientras haya disensión no se puede hablar de realización.

Se dice que aunque se extraiga el Todo del Todo, el Todo sigue siendo el Todo. No puede haber adición ni sustracción, la totalidad del Todo permanece intacta. Sea cual sea la vía que puedas seguir representará un aspecto particular del todo. Cada método tiene sus propios mantras, sus ideas y estados propios, sus creencias y sus prescripciones; ¿para qué? Para comprenderle, para comprender tu propio Sí mismo.

Se debe estar plenamente consciente, íntegramente despierto. Caer en el estupor o en el sueño yóguico no llevará a ninguna parte.

A través de cada vía religiosa, Él se da a Sí mismo, y el valor de cada una de esas vías para el individuo es que cada una de ellas señala un método diferente para el conocimiento del Sí mismo. Él solo es agua y también hielo. ¿Qué hay en el hielo? Nada más que agua.

Pregunta: Dios nos ha dado el sentido del «yo», Él lo quitará de nuevo. ¿Qué necesidad hay de la autoentrega?
Respuesta: ¿Por qué preguntas? Permanece en silencio y no hagas nada.
Pregunta: ¿Cómo se puede estar en silencio?
Respuesta: Para eso es necesaria la autoentrega.
Pregunta: ¿Cuál es el medio de entrar en la corriente?
Respuesta: Plantear esa pregunta con un anhelo desesperado.

Si dices que no tienes fe, este cuerpo insiste en que debes tratar de establecerte en la convicción de que no tienes fe. Donde hay un «no» a la fe, también hay potencialmente un «sí».

El culto no es un ritual: es una actitud, una experiencia.

Pregunta: ¿Es necesario renunciar al mundo?
Respuesta: No, ¿por qué? ¿Dónde está el lugar donde no esté Dios? La manera natural de vivir podría transformarse en la manera espiritual de vivir. En realidad, no hay nada que pueda ser «otro» que Dios; así que, propiamente hablando, vivir en el mundo es estar en el camino de la realización del Ser.

Si no se llega a un estado de quietud, la agitación de todo el sistema se manifestará a través de cada nervio y cada fibra del cuerpo y le volverá a uno ineficaz. Si la energía propia no es retenida, el funcionamiento armonioso de esta energía en perfecta tranquilidad es imposible. El interés por la Búsqueda Suprema y las prácticas realizadas en busca de la Verdad tienen naturalmente un efecto calmante. La conservación de la energía es esencial.

Una persona que espere que este cuerpo sea siempre supranormal en su relación con el mundo, quedará decepcionada.

No hay que dejarse atrapar por el señuelo de las facultades supranormales. Supongamos que uno ha adquirido el poder de que todo lo que exprese o todo lo que desee se cumple. ¿Y qué? Esto es sólo una etapa. Al utilizar esos poderes para destruir o ayudar a la gente uno se puede detener en ese nivel en vez de progresar hacia lo supremo. Enredarse en el nivel de esos poderes es un despilfarro de energía. Al adquirirlos, no se debe perder de vista el objetivo supremo de la existencia humana, sino esforzarse incesantemente por la realización del Ser. Dejar de hacerlo creará obstáculos y puede tener como resultado la caída.

Cada uno tiene su propio camino.

En la creación de Dios, lo posible se hace imposible y lo imposible, posible en todo momento.

Pregunta: Si Matají ha encontrado la paz, ¿por qué sigue vagando de un lado para otro?
Respuesta: Si permaneciera en un solo lugar, se podría plantear la misma pregunta; ¿no es verdad? Pitaji, ¿no sabes que soy una niña inquieta? No puedo quedarme siempre en el mismo sitio. Ésta es una respuesta. Desde otro punto de vista, yo podría decir que eres tú quien me ve viajar. En realidad, no me muevo en absoluto. Cuando estás en tu casa, ¿te sientas en un rincón? Igualmente, también yo camino por mi casa, pero no voy a ninguna parte; estoy siempre quieta en mi propio hogar.

No voy a ninguna parte: siempre estoy aquí. No hay ni idas ni venidas; todo es Atman.

Pregunta: ¿Qué piensas de todas esas personas nuevas que vienen a verte casi diariamente?
Respuesta: Nadie es nuevo. Todos ellos me son conocidos.

Tú y yo somos dos personas y sin embargo tú y yo somos uno; y el espacio que hay entre nosotros dos también soy yo misma; no se puede hablar en absoluto de dualidad. Apego y odio surgen del sentimiento de dualidad.

La satisfacción de cualquier cuerpo es mi satisfacción. La felicidad de cualquier cuerpo es mi felicidad. La desgracia de cualquier cuerpo es mi desgracia.

Convertíos todos vosotros en bebedores de néctar, en bebedores del vino de la inmortalidad. Pisad el camino de la inmortalidad, donde no existe muerte ni enfermedad.

Cuando sientas poder dentro de ti, cuando una luz nueva amanezca en ti desde tu interior, cuanto más puedas mantenerla oculta en calma y tranquilidad completas, tanto más crecerá en intensidad. Si aparece la menor apertura, existe siempre el temor de que escape.

El esfuerzo sostenido termina en el ser sin esfuerzo; en otras palabras, lo que se ha alcanzado mediante la práctica constante es finalmente transcendido y viene entonces la espontaneidad.

Fuente: Richard Lannoy. Anandamayí – su vida, su sabiduría