De qué trata el Cuarto Camino

Antes de empezar a explicarles de modo general sobre qué trata el cuarto camino, y de charlar acerca de nuestros métodos, quiero grabar particularmente en sus mentes que las ideas y principios más importantes del sistema no me pertenecen.

Esto es principalmente lo que los hace valiosos, porque, si me pertenecieran, serían como todas las otras teorías inventadas por las mentes corrientes: sólo darían una visión subjetiva de las cosas.

 

De qué trata el Cuarto Camino
De qué trata el Cuarto Camino

Cuando comencé a escribir, en 1907, Un Nuevo Modelo del Universo, me formulé, como muchas otras personas antes y desde entonces, que detrás de la superficie de la vida que conocemos, hay algo mucho mayor y más importante. Y entonces me dije que hasta que conozcamos más acerca de lo que hay detrás, todo nuestro conocimiento de la vida y de nosotros es realmente desdeñable.

… La idea principal de este sistema era que no usamos siquiera una pequeña parte de nuestros poderes y fuerzas. Por así decirlo, tenemos en nosotros una organización grandísima y finísima, sólo que no sabemos cómo usarla.

…Esté sistema puede dividirse en estudio del mundo, sobre ciertos principios nuevos, y estudio del hombre. El estudio del mundo y el estudio del hombre incluyen en sí una suerte de lenguaje especial. Tratamos de usar palabras corrientes, las mismas palabras que empleamos en la conversación ordinaria, pero les asignamos un significado levemente diferente y más preciso…

…La evolución del hombre, si ocurre, sólo puede ser el resultado del conocimiento y del esfuerzo; mientras el hombre sólo conozca lo que puede conocer del modo corriente, para él no hay evolución ni la hubo jamás. En este sistema, el estudio serio comienza con el estudio de la psicología, es decir, con el estudio de uno mismo, porque la psicología no puede estudiarse, como ocurre con la astronomía, fuera de uno mismo. El hombre tiene que estudiarse. Cuando me dijeron eso, de inmediato advertí que no tenemos método alguno de estudio de nosotros mismos y ya poseemos muchas ideas equivocadas acerca de nosotros. De modo que comprendí que debemos librarnos de las ideas equivocadas acerca de nosotros y al mismo tiempo encontrar los métodos para estudiarnos.

…Empezamos definiendo a la psicología como el estudio de uno mismo. Ustedes tienen que aprender ciertos métodos y principios y, de acuerdo con estos principios y usando estos métodos, tratarán de verse desde un nuevo punto de vista.

…El principal error que cometemos acerca de nosotros mismos es considerarnos uno solo; siempre hablamos de nosotros como «yo», y suponemos que nos referimos a la misma cosa todo el tiempo, cuando en realidad estamos divididos en centenares de «yoes» diferentes.

…No sabemos que no tenemos un solo «yo», sino muchos «yoes» diferentes, conectados con nuestros sentimientos y deseos, y que no tenemos un «yo» controlador. Estos «yoes» cambian todo el tiempo; uno suprime al otro; uno reemplaza al otro; y toda esta lucha compone nuestra vida interior.

…Para empezar a estudiarse es necesario estudiar los métodos de observación de sí, pero eso, a su vez, debe basarse en cierta comprensión de las divisiones de nuestras funciones. Nuestra idea corriente de estas divisiones es muy equivocada. Conocemos la diferencia entre las funciones intelectuales y emocionales.

Pero muy a menudo, cuando tratamos de observarnos, mezclamos incluso las funciones intelectuales y emocionales; cuando realmente sentimos, a eso lo llamamos pensar, y cuando pensamos, a eso lo llamamos sentir.

Luego, hay otras dos funciones que ningún sistema de psicología ordinaria divide ni entiende del modo correcto: la función instintiva y la función motora. Lo instintivo se refiere al trabajo interior del organismo: la digestión de la comida, el latido del corazón, la respiración: éstas son funciones instintivas. A la función instintiva pertenecen también los sentidos ordinarios: vista, oído, olfato, gusto, tacto, sensación de frío y calor, cosas como eso; y esto es todo, realmente. De los movimientos externos, sólo los reflejos simples pertenecen a la función instintiva, porque los reflejos más complicados pertenecen a la función motora. Es muy fácil distinguir entre las funciones instintivas y motoras. No tenemos que aprender nada que pertenezca a la función instintiva; nacemos con la capacidad de usar todas las funciones instintivas. Por el otro lado, las funciones motoras, han de aprenderse en su totalidad: un niño aprende a caminar, a escribir, etc. Hay una grandísima diferencia entre ambas funciones, puesto que no hay nada inherente a las funciones motoras, y las funciones instintivas son todas inherentes.

…Si practican esta observación durante algún tiempo, podrán notar algunas cosas extrañas. Por ejemplo, descubrirán que lo realmente difícil de observar es que ustedes se olvidan de ello. Empiezan observando, y sus emociones se conectan con algún género de pensamiento, y olvidan observarse. Además, luego de un tiempo, si continúan con este esfuerzo de observar, que es una nueva función no utilizada del mismo modo en la vida corriente, ustedes advertirán otra cosa interesante: que por lo general no se recuerdan. Si pudieran estar conscientes de sí todo el tiempo, entonces podrían observar todo el tiempo, o en cualquier caso, tanto tiempo como gusten. Pero, debido a que no pueden recordarse, no pueden concentrarse; y he aquí por qué tendrán que admitir que no tienen voluntad. Si pudieran recordarse, tendrían voluntad y podrían hacer lo que quisieran. Pero no pueden recordarse, no pueden, ser conscientes de sí, de modo tal que no tienen voluntad. A veces pueden tener voluntad por breve tiempo, pero aquélla se convierte en otra cosa y la olvidan.

…Estamos hechos de tal modo que podemos vivir en cuatro estados de consciencia, pero, tales como somos, usamos sólo dos: uno cuando estamos dormidos, y el otro cuando estamos lo que llamamos «despiertos».

…El tercer estado puede llamarse consciencia de sí, y la mayoría de la gente, si se le pregunta, dice: «¡Somos ciertamente conscientes!»

…El cuarto estado, que se llama consciencia objetiva, es inaccesible para nosotros porque sólo puede alcanzarse a través de la consciencia de sí, es decir, primero convirtiéndose en consciente de uno mismo, de manera que mucho después podemos disponernos a alcanzar el estado objetivo de la consciencia. De modo que, al mismo tiempo que la observación de si, tratamos de ser conscientes de nosotros reteniendo la sensación de «Yo estoy aquí», nada más. Y este es el hecho que se le escapó, sin la mínima excepción, a toda la psicología occidental.

Extractos de El cuarto Camino, capitulo 1: P. D. Ouspensky