Rayo de la Creación

El Rayo de la Creación es una suerte de enunciación del problema de cómo definir el lugar del hombre en el mundo. Esto significa no sólo el lugar exacto del hombre sino también la relación de este lugar con tantos hitos como sea posible.3 (73)

El Rayo de la Creación es una ayuda, un instrumento o método para un nuevo pensamiento. Conocemos la división del hombre en siete categorías, y todo lo demás ha de dividirse del mismo modo. El pensamiento corriente se divide en pensamiento nº 1, nº 2 y nº 3. El pensamiento nº 1 es principalmente imitativo; el pensamiento nº 2 es más emocional, se basa en gustos y disgustos; el pensamiento nº 3 es pensamiento teórico, lógico, lo cual es muy bueno en su lugar, pero, cuando se aplica a cosas que están más allá de su poder, se torna absolutamente incorrecto. Esto es todo lo que sabemos en la vida corriente. Desde el Rayo de la Creación empieza el pensamiento nº 4, y esto debe usted tratar de entenderlo. El Rayo de la Creación no es otra teoría, como las demás teorías que usted conoce; es cierto reordenamiento del material que usted ya tiene. Y el pensamiento nº 4 es el pensamiento que, poco a poco, se deshace de todas las contradicciones. En el pensamiento nº 3, cualquiera sea la línea que tome, uno descubre de inmediato alguna otra teoría que refutará esa teoría particular. En el pensamiento nº 4, no de repente sino gradualmente, uno llega a cierto entendimiento del hecho de que es posible pensar sin contradicciones, entender que las contradicciones no son realmente contradicciones.

El pensamiento corriente tiene muchas contradicciones. Por ejemplo, si tomamos el mundo, o pensamos que es una suerte de voluntad divina que lo crea y mantiene todo, o que las cosas tan sólo suceden por sí mismas. Otro ejemplo del pensamiento corriente es la voluntad contra la mecanicidad, o la predestinación contra el accidente. Cuando estudie el Rayo de la Creación, usted verá que contiene todas estas cosas. Todos estos criterios son correctos en un sentido y el Rayo de la Creación los incluye a todos. Hay una teoría de que la mente humana que conocemos no puede inventar una mentira absoluta. No puede inventar algo que no tenga relación con la verdad. Todo lo que la mente humana puede inventar será una representación parcial de la verdad. Por ejemplo, si un hombre trata de dibujar un nuevo animal, tendrá que tomar partes de animales conocidos, porque ha de usar el material tomado de su observación real de la vida. El Rayo de la Creación le muestra cómo todas las contradictorias teorías sobre la predestinación o la libertad, el libre albedrío, la voluntad divina, la mecanicidad, etc., pueden conciliarse en un solo sistema, cómo, en su totalidad, estos criterios, cada uno de los cuales muestra una faceta de la verdad, no se contradicen entre sí. En un lugar una cosa es correcta, en otro lugar otra cosa es correcta, pero cada una, si se aplica al todo, está equivocada. Después verá que ciertas cosas no pueden aplicarse al todo porque el todo no es uno solo: es demasiado variado, tiene demasiados rostros. El Rayo de la Creación muestra también eso.

En la actualidad, el estudio del Rayo de la Creación y de las leyes universales no es aún conocimiento: es sólo lenguaje; pero con la ayuda de este lenguaje, podremos hablar sobre muchas cosas diferentes para las que el lenguaje corriente carece de palabras, expresiones, conexiones entre las cosas. Al estudiar este nuevo lenguaje, usted entiende la relación de las cosas entre sí, porque aquel lo liga todo junto: todo lo que conocemos o debemos conocer o todo aquello por lo que estemos interesados en conocer en el mundo. El valor de este lenguaje es que, al usar algún término de él, usted explica no sólo qué es este objeto y qué lugar ocupa en su ambiente inmediato, sino que también muestra su lugar en todo el universo.

Tomar el Rayo de la Creación como una sucesión de acontecimientos, puede considerarse como una octava. Es una octava descendente en el sentido de expansión y diferenciación. El primer intervalo en esta octava lo llena la Voluntad del Absoluto. A fin de llenar el segundo intervalo, entre los planetas y la Tierra, fue creado cósmicamente un instrumento especial. Este instrumento es la vida orgánica sobre la Tierra. La vida orgánica sobre la Tierra desempeña un papel importantísimo en el Rayo de la Creación pues garantiza la transmisión de energías y hace posible el crecimiento del Rayo. El punto creciente del Rayo es la Luna. La idea es que, eventualmente, la Luna se parecerá a la Tierra, y la Tierra se parecerá al Sol; entonces aparecerá otra luna, y de ese modo el crecimiento continuará hasta cierto punto. Pero esto está más bien más allá de nosotros.

La vida orgánica es una suerte de aparato receptor para captar y transmitir las influencias provenientes de los planetas del sistema solar. Al mismo tiempo, como sirviendo de medio de comunicación entre la Tierra y los planetas, la vida orgánica alimenta a la Luna. Todo lo que vive, sirve a los fines de la Tierra; todo lo que muere, alimenta a la Luna. Esto suena extraño al principio, pero cuando entendamos las leyes que gobiernan la vida orgánica, comprenderemos que se basa en una ley muy dura, la ley de que una clase de seres vivientes se come a la otra clase. Esto no sólo hace que la vida orgánica se autosustente sino que también la capacita para que alimente a la Luna y sirva como transmisora de energías. De esa manera, la vida orgánica sirve a muchos fines: los de los mundos mayores, los planetas, la Tierra y la Luna.

P. D. Ouspensky: El cuarto camino, cap. VIII