Cómo nuestras creencias «crean» nuestra realidad

Esta última reflexión, nos remite al yo superficial. Este, es la autoimagen y el conjunto de ideas y creencias en los que asentamos erróneamente el sentido básico de nuestra identidad.
Pensemos en cómo, cuando éramos aún muy pequeños, empezamos a asumir del exterior, a modo de creencias incuestionables, ciertas consignas que definían cómo debían ser las cosas y, muy en particular, cómo teníamos que ser, sentir y pensar (lo decisivo no parecía ser «quiénes éramos,» sino el que fuéramos «de una determinada manera» y no de otra).