Péndulos III

Los péndulos no son el mal absoluto para el hombre, si éste actúa conscientemente. Nadie puede estar totalmente libre de ellos. La cuestión es sólo saber cómo no dejar influenciarse por los péndulos y utilizarlos conscientemente en interés propio.
El Transurfing te ofrece los métodos concretos para hacerlo. Es imposible librarse totalmente de los péndulos, ni falta que hace. Al contrario, son los péndulos los que, al fin y al cabo, convierten los sueños del hombre en realidad.

Dos clases de Influencias

Todas las personas, en las condiciones corrientes de la vida, viven bajo dos clases de influencias. Primero, están las influencias creadas en la vida, el deseo de riqueza, de fama, etc., a las que llamamos influencias A. Segundo, hay otras influencias que provienen de la vida externa, que trabajan en las mismas condiciones, aunque son diferentes, y a estas influencias las llamamos B. Alcanzan al hombre en forma de religión, literatura o filosofía. Estas influencias, de segunda clase, son conscientes en su origen. Las influencias A son mecánicas desde el principio.

Un camino con corazón

Debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición. Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinada. Sólo entonces sabrás que un camino es nada más un camino, y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo si eso es lo que tu corazón te dice. Pero tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición.

El Camino del Corazón

Tradicionalmente, hay dos caminos hacia la realización del Ser. El camino del conocimiento y el del corazón. Son muy diferentes, pero ambos conducen a la misma verdad. El camino del conocimiento lleva a un momento de entendimiento, cuando te das cuenta de que la estructura “mi vida” que has estado construyendo durante muchos años, no existe, que siempre fue una ilusión.
El camino del corazón ―devoción― conduce a la verdad a través de la entrega. Constantemente entregas a la existencia todo lo que conoces como “yo”. Constantemente lo arrojas todo al fuego. Por este camino llegas a la misma verdad. Debido a muchas pequeñas renuncias, este gran “yo”, la ilusión, se consume en el fuego y, en ese momento, deja de existir. Por ambos caminos se descubre que el ego, el falso ser, no existe. Los dos conducen a la muerte absoluta del “yo”.

YO SOY

Yo soy. Yo pienso. Yo quiero. Mis manos… mi espíritu… mi cielo… mi bosque… esta tierra mía… ¿Qué debo añadir? Estas son las palabras. Esta es la respuesta.
Estoy aquí de pie, en la cumbre de la montaña. Levanto mi cabeza y extiendo mis brazos. He aquí mi cuerpo y mi espíritu, he aquí el fin de la búsqueda. Deseaba conocer el sentido de las cosas. Yo soy el sentido. Deseaba encontrar un permiso para existir. No necesito permiso alguno para existir; ni que me den el visto bueno para vivir. Yo soy el permiso y el visto bueno.

Poema de la Confianza en la Mente Pura

El Gran Camino no es difícil para aquellos que no tienen preferencias.
Cuando ambos, amor y odio, están ausentes todo se vuelve claro y diáfano.
Sin embargo, haz la más mínima distinción, y el cielo y la tierra se distancian infinitamente.
Si quieres ver la verdad, no mantengas ninguna opinión a favor o en contra.
La lucha entre lo que a uno le gusta y lo que le disgusta es la enfermedad de la mente.