Encontrar la paz entre el ruido del mundo

Mientras descanso en la quietud de no saber todas o ninguna de las respuestas, le prometo a mi corazón que descansaré en ella con más frecuencia. Lo único que sé. Ella es sabia. Ella es verdad. Ella me guiará con gracia. Ella apagará mi sed de conocimiento con su dulce seguridad de que lo que sea que sea, será. Con ella como mi aliada, puedo acurrucarme en la comodidad de no necesitar saber ni comprender más que el amor que tengo en este momento y en cada momento que sigue. Porque mientras el conocimiento va y viene, se prueba y desacredita, cambia y permanece igual, el único conocimiento verdadero es que mi corazón siempre revelará mi verdadero camino.

El estado de nuestro ser

A cada momento el conocimiento del hombre depende de su ser. Esto es lo que no entendemos. El hombre puede obtener sólo tanto conocimiento como su ser lo permite; de lo contrario su conocimiento será tan sólo palabras. Si el conocimiento se da a varias personas, una de ellas lo obtiene, otras no. ¿Por qué? Evidentemente, porque el ser de éstas últimas es diferente.

No juzguéis

La decisión de juzgar en vez de conocer es lo que nos hace perder la paz. Juzgar es el proceso en el que se basa la percep­ción, pero no el conocimiento. He hecho referencia a esto ante­riormente al hablar de la naturaleza selectiva de la percepción, y he señalado que la evaluación es obviamente su requisito previo. Los juicios siempre entrañan rechazo. Nunca ponen de relieve solamente los aspectos positivos de lo que juzgan, ya sea en ti o en otros. Lo que se ha percibido y se ha rechazado, o lo que se ha juzgado y se ha determinado que es imperfecto permanece en tu mente porque ha sido percibido.

La “Voluntad” del Guerrero 2

Un hombre despegado, sabiendo que no tiene posibilidad de poner vallas a su muerte, sólo tiene una cosa que lo res­palde: el poder de sus decisiones. Tiene que ser, por así decirlo, el amo de su elección. Debe comprender por com­pleto que su preferencia es su responsabilidad, y una vez que hace su selección no queda tiempo para lamentos ni recriminaciones. Sus decisiones son definitivas, simplemente porque su muerte no le da tiempo de adherirse a nada.

Percepción y Conocimiento

El conocimiento es intemporal porque la certeza es algo incuestionable. Cuando dejas de hacer preguntas es que ya has alcanzado el conocimiento. La mente que cuestiona se percibe a sí misma en el tiempo, y, por lo tanto, busca respuestas para el futuro. La mente no recep­tiva, por el contrario, cree que el futuro va a ser igual que el presente. Eso da lugar a un estado de aparente estabilidad que es normalmente un intento de contrarrestar el miedo subyacente de que el futuro va a ser peor que el presente. Este miedo coarta enteramente la tendencia a cuestionar.

Tocar la iluminación con el cuerpo

Como muchos occidentales, siempre asumí que la meditación era un fenómeno «espiritual», lo que entendí como que de alguna manera tenía que ver con reinos más allá de lo físico. Durante mucho tiempo no me di cuenta de que creía esto, pero en retrospectiva veo que sí. Al mismo tiempo, también es obvio que la práctica de la meditación en realidad tendía a llevarme en la dirección de un compromiso más profundo con lo físico. Especialmente en los intensivos o en los retiros, sentía una cantidad considerable de malestar físico, que veía como una desviación desafortunada e innecesaria de lo que se suponía que “realmente” estaba haciendo. Pensé que, si podía deshacerme de mi malestar, podría progresar más rápidamente en mi práctica. No tenía una idea muy clara de lo que podría significar «progresar», pero definitivamente no incluía la angustia física.