Rendirse y dejar Ir 2

A menudo nos preocupa que de alguna manera nos hemos salido del camino. Creemos que tal vez nuestra vida está fuera de camino, y hemos cometido errores que son irreparables. Tal vez le preocupe no estar exactamente donde cree que debería estar, ya sea el trabajo que pensó que tendría para esta edad, el estado de la relación o el lugar donde viviría en este momento de su vida. Si no estás donde creías que estarías, puedes sentirte un fracaso. A este destino lo llamo desastre, la sensación de que nuestra vida está fuera de camino. Este ciclo interminable nos mantiene constantemente alcanzando las expectativas que nos hemos impuesto. Estas expectativas generalmente se derivan de necesidades insatisfechas, y nuestra mente nos dice que esto es lo que debemos hacer, ser, lograr para ser cumplidos. Si, por algún motivo, la vida no coincide con nuestros planes, nos responsabilizamos y sentimos que fracasamos.

Rendirse y dejar Ir

No hay nada tan ansioso como la incertidumbre. Nuestras mentes ansían la previsibilidad: queremos saber qué sucederá a continuación para poder planificarlo. Algunos de nosotros (como yo) enfrentamos el estrés y la ansiedad planificando el futuro, descubriendo lo que viene después, haciendo cosas.
Pero una verdad fundamental sobre la vida es que no podemos predecir el futuro. Hacer cosas no cambia eso. No podemos saber qué traerá el mañana. Si bien esa realidad siempre ha sido cierta, a veces se siente más presente.

Exponer, abrazar, responder y dejar ir

La palabra pali sati, que en los tiempos modernos se traduce como «atención plena», en realidad significa «recordar» o «tener en cuenta». ¿Qué recuerdas? ¿Qué tienes en mente? Recuerdas la verdadera naturaleza de los fenómenos, que se puede resumir como impermanencia, sufrimiento y no-yo. Estos no son conceptos sino métodos de práctica en la vida diaria.
La impermanencia significa que, en las experiencias de momento a momento, no hay nada que se pueda captar como un yo fijo o una existencia cosificada. Por ejemplo, tan pronto como sentimos “este es mi cuerpo, mi sentimiento, mi pensamiento o cualquier situación en la que me encuentre”, ya hemos congelado el flujo natural de las condiciones en una “historia”. El sufrimiento se mantiene a través de historias que nos contamos sobre cómo nosotros o el mundo estamos fundamentalmente fijos. Ser el flujo cambiante de condiciones sin fijación es la verdad del no-yo.

Por qué no saber puede ser lo mejor para nosotros

Dejar espacio para el no saber es lo más importante de todo. Cuando hay una gran decepción, no sabemos si ese es el final de la historia. Puede que sea solo el comienzo de una gran aventura. La vida es así. No sabemos nada. Llamamos a algo malo; lo llamamos bueno. Pero realmente no lo sabemos.  Pema Chödrön