Sobre las reglas

A fin de liberarse, es necesario someterse a muchas más leyes durante cierto tiempo, pues uno puede aprender a ser libre solamente obedeciendo a más leyes. Para esto hay muchas razones. Una razón es que somos demasiado indulgentes con nosotros mismos; si nos fijamos una tarea, después de algún tiempo empezamos a formular excusas. Y entonces nos engañamos demasiado.
De modo que, como dije, si las personas quieren continuar estudiando, deberán aceptar ciertas condiciones. Esto significa que deberán efectuar el estudio práctico. Si las personas no toman el trabajo con bastante seriedad, es desperdiciar el tiempo. Usted tiene derecho a marcharse y a interrumpir las pláticas, de modo que no hay obligaciones ni de uno ni del otro lado. Yo tengo otro trabajo que hacer, pero, renunciar a mi tiempo para esto, es necesario, porque es el único modo de establecer una escuela. Si puedo decir «Si hoy muero, el trabajo continuará», eso significará que está establecida una escuela. Si todo depende de mí, eso significa que la escuela no tiene fuerza suficiente.

Entendimiento

El entendimiento es necesario, y es una actitud personal. Las personas no convierten a la existencia de la escuela en una preocupación personal, y ésta no puede ser impersonal. En muchos casos, las palabras se alzan en el camino del entendimiento. Las personas hablan de primera línea, segunda línea, tercera línea, repitiendo tan sólo palabras: y cesan de entender nada. Usan estas palabras con demasiada facilidad. Es necesario que usted tenga su propio cuadro personal de estas líneas: antes que usted adquiera conocimiento, nuevas ideas, derribando los viejos prejuicios, descartando las viejas ideas que ha formulado en el pasado y que se contradicen entre sí, estudiándose, estudiando el sistema, intentando recordarse y muchas otras cosas. Deberá pensar sobre lo que quiere conseguir, sobre lo que quiere saber, sobre lo que quiere ser, sobre cómo cambiar los viejos hábitos de pensar, los viejos hábitos de sentir. Todo eso es la primera línea.

Mente y escuela

Al principio todo depende de la mente: la mente debe educarse, debe despertar. Después, dependerá de la emoción. Para esto, uno necesita una escuela, uno deberá encontrarse con otras personas que sepan más que uno mismo y deberá discutir las cosas con ellas.
Cuando las personas trabajan juntas en algo por la misma experiencia, empiezan a ver, en sí mismas y en las otras personas, diferentes cosas que no advierten cuando tan sólo discuten. La discusión es una cosa y el trabajo es otra. De modo que en todas las escuelas existen diferentes clases de trabajo organizado, y las personas podrán encontrar siempre lo que les cuadre, sin sacrificios innecesarios, porque no se esperan sacrificios.
Si uno trabaja solo, o si lo intenta, no podrá poner a nadie en su lugar, y en cierto momento esto se torna muy necesario a fin de pasar al siguiente paso del conocimiento y del ser.

¿Podemos “hacer”?

No hay salida sin escuela ni conocimiento. Además, si usted obtiene el conocimiento y no hace esfuerzos, será igualmente inútil.

Cuando uno está en una escuela, se lo forma para «hacer», porque uno no puede hacerse a sí mismo, uno no puede crear fuerza suficiente. Pero si uno se pone en diferentes condiciones, producirá ciertos resultados. La escuela es necesaria porque es el conductor de la fuerza neutralizadora. De otro modo, uno puede tener deseo, puede hacer esfuerzos, pero no sabría cómo empezar. Parece simple, pero no es simple.