El Espíritu del valle

El Espíritu del valle. Hacía días que los vientos fríos del invierno empezaban a alejarse,  dejando espacio a unas mañanas más suaves y luminosas. Los rayos del sol penetraban la tierra despertando  la naturaleza. Las plantas y árboles lo agradecían, exhalando de su cuerpo  nuevos brotes de un  tímido verde brillante.

Fe en lo eterno

Los discípulos del ego no se dan cuenta de que se han consa­grado a sí mismos a la muerte. Se les ha ofrecido la libertad pero no la han aceptado, y lo que se ofrece se tiene también que acep­tar para que sea verdaderamente dado. Pues el Espíritu Santo es también un medio de comunicación, que recibe los mensajes del Padre y se los ofrece al Hijo. Al igual que el ego, el Espíritu Santo es a la vez emisor y receptor. Pues lo que se envía a través de Él retorna a Él, buscándose a sí mismo en el trayecto y encontrando lo que busca. De igual manera, el ego encuentra la muerte que busca, y te la devuelve a ti.

Identidad 2ª parte

Identidad 2ª parte El significado de la identidad personal es doble: por un lado, distintas personas tienen diferentes impresiones basadas en los sucesos del pasado y en los recuerdos que dichos sucesos han dejado en el cerebro en función de cómo reaccionamos a ellos en su momento; y, por otro, estos sucesos y las reacciones

La gran inclusión

LA GRAN INCLUSIÓN  La indagación la iniciamos descubriendo lo que no somos, pero no termina ahí. Después del sendero de eliminación viene lo que yo llamo la Gran Inclusión. Al alejar nuestra identidad del pensamiento, de las creencias, de la personalidad y del ego, y al comprobar que existe algo más primario, nuestra identidad empieza

Gestos para el Espíritu

Gestos para el Espíritu – El Espíritu sólo escucha cuando el que habla, le habla con gestos. Y los gestos no significan hacer señales o mover el cuerpo, sino actos de verdadero abandono, de generosidad, de humor. Como gesto para el Espíritu, los brujos sacan de sí, lo mejor que tienen; su abandono, su frialdad,

Escuelas espirituales

Escuelas espirituales   Las escuelas no son necesarias para la vasta mayoría de las personas. Son sólo necesarias para quienes ya comprendieron lo inadecuado del conocimiento reunido por la mente corriente y que sienten, por si mismos, que con su propia fuerza no pueden resolver los problemas que los rodean ni encontrar el camino correcto.