Te vendieron una hermosa mentira sobre el amor. Y en tu inocencia, compraste la mentira, la tomaste como verdad. Porque todos a tu alrededor estaban haciendo lo mismo, y querías encajar, y sentías miedo de estar solo, porque nunca te sumergiste en la alegría oceánica de tu propia soledad para encontrar la seguridad allí.
Usted es el Ser, aquí y ahora. Deje la mente tranquila, sea consciente y desapegado y se dará cuenta que permanecer alerta pero desapegado, observando cómo los hechos van y vienen, es un aspecto de la verdadera naturaleza de usted.
La felicidad, la verdadera felicidad, la clase de felicidad que no puede ser comprada o vendida o empacada elegantemente, es idéntica a tu propia presencia, a eso que nadie puede darte, y que nadie te puede quitar.
El mejor regalo que puedes ofrecerle a cualquier persona
es su completa libertad.
Libertad para amar, para reír, para llorar,
para sentirse asustado, enojado, inseguro,
lleno de duda o lleno de alegría.
Acogerlo en ese espacio seguro y sagrado.
La felicidad elusiva, la que cambia de forma según el tiempo o el lugar, es una ilusión que no significa nada. La felicidad tiene que ser constante porque se alcanza mediante el abandono del deseo de lo que no es constante: La dicha no se puede percibir excepto a través de una visión constante. Y la visión constante sólo se les concede a aquellos que desean la constancia. El poder del deseo del Hijo de Dios sigue siendo la prueba de que todo aquel que se considera a sí mismo impotente está equivocado. Desea lo que quieres, y eso será lo que contemplarás y creerás que es real. No hay un solo pensamiento que esté desprovisto del poder de liberar o de matar. Ni ninguno que pueda abandonar la mente del pensador, o dejar de tener efectos sobre él.
Sobre la meditación y la manera de vivir Si se nos dice que la verdad del Zen es evidente, que está delante de nuestros ojos en todos los momentos del día, esto no habrá de llevarnos muy lejos. No parece que los acontecimientos del día tengan algo de notable; no parece que haya nada