Habitar el mundo de los despiertos, el mundo único en común del que nos habla Heráclito, solo es posible en la medida en que haya en nosotros algo superior y más originario que nuestros juicios, impulsos y pasiones; una instancia ontológica que nos permite tomar distancia con respecto a ellos, discernir su naturaleza y despertar del sueño en el que vivimos cuando confundimos nuestro particular sistema de creencias y las conductas estructuradas en torno a él con nuestra identidad ―es decir, nuestro mundo subjetivo con la realidad―; una dimensión que posibilite que no seamos zarandeados como marionetas por nuestros condicionamientos, por nuestras representaciones no examinadas y por los impulsos que se derivan del asentimiento a ellas.
Budismo
Buen corazón
Cuando la gente dice que he trabajado mucho por la paz, me da vergüenza. Tengo
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20
Sep
Sep
Un Curso De Milagros
El descenso al infierno
Repentinamente, surgió de la nada un aparente pensamiento en la mente de uno de los
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07
Sep
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Espiritualidad
Encontrar la paz entre el ruido del mundo
Mientras descanso en la quietud de no saber todas o ninguna de las respuestas, le
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Sep
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Cuarto Camino
El estado de nuestro ser
A cada momento el conocimiento del hombre depende de su ser. Esto es lo que
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30
Ago
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Espiritualidad
Rendirse y dejar Ir 2
A menudo nos preocupa que de alguna manera nos hemos salido del camino. Creemos que
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Ago
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