El Andrógino

En muchas tradiciones, el ser primordial, anterior a cualquier división, era completo y por eso tenía ambos sexos. En las tradiciones monoteístas este relato aparece personificado por un ángel, el más hermoso de toda la creación. Un ángel que según el Corán, por ejemplo, tras un pecado de orgullo fue precipitado a los abismos. En la acuarela de William Blake se muestra a este ángel destinado a ser el príncipe de este mundo como era al principio: porta un cetro símbolo de su realeza y una esfera rematada con una cruz, que representa tanto al orbe universal como a la piedra filosofal. En la tradición hindú el ser primordial y completo es llamado Purusha. En un mandala que lo representa se muestra el resultado de su sacrificio por el que es dividido en partes que serán el origen del cosmos y de todos los seres vivos. Ambos relatos explican de modo distinto la división de la unidad primordial, la separación entre el cielo y la tierra, entre el espíritu y la materia.

Apocalipsis, hermetismo y la restauración de la Naturaleza

Lo narrado en los libros sagrados sobre la Parusía, no es más que un conjunto de imágenes que emplean el tiempo cronológico como una metáfora del tiempo mesiánico, por eso la distopia es ahora, pero el apocalipsis es siempre, y la edad de oro también.