Cantaré de una espiritualidad que se inclina ante nuestros errores, que empapa nuestros anhelos con empatía, que entiende que TODOS somos humanos y frágiles y mortales y magníficamente imperfectos tanto como somos “Divina Conciencia Pura que Nunca Sufre”, estudiantes tanto como maestros, dolorosamente quebrantados tanto como gozosamente Inquebrantables.
Repentinamente, surgió de la nada un aparente pensamiento en la mente de uno de los Hijos de Dios: ¿”Puede haber un opuesto a aquello que es”? Un componente-Hijo, una parte del Todo, quería tener la experiencia de ser el Todo, la Fuente de todo Ser, y quería negar y reemplazar a nuestra Fuente. Inherente a este pensamiento era el limitar lo ilimitado, darle forma a lo informe, concretizar la abstracción y fabricar lo específico; en resumen, un rechazo a nuestro Creador-Fuente y a la creación establecida por Él; un pensamiento inconcebible en la Realidad, más concebido de algún modo.
Descenso al infierno 2ª parte ¿”Pero cómo puede ser esto”? Exclamé. “En verdad, no lo es”, me respondieron. “Concentra tu mente ahora en el recuerdo de la verdad. Aférrate sólo al pensamiento de nuestra Fuente”. Pero impacientemente dije:”. “¡Tenemos que hacer algo. Simplemente no podemos permitir que esto continúe! Tenemos que detener y erradicar este