Locura de la mente

No me considero un gurú espiritual o un adalid de la autoayuda, un ser especial, despierto o iluminado, ni esencialmente distinto de ti en modo alguno. Me considero más un amigo que te indica con delicadeza cómo retornar a quien realmente eres, que te recuerda lo que, en lo más hondo, ya sabes. Por supuesto, no deseo que te limites a creer todo lo que te digo. Quiero que indagues tú mismo, que pongas a prueba todo lo que digo y lo cotejes con tu propia experiencia. Yo no soy una autoridad en materia de la vida (¿quién puede ser una autoridad en que los pájaros canten, en que lata el corazón, en que caiga la lluvia o en que este momento sea cómo es?), pero quizá mis palabras te devuelvan a una percepción consciente de lo que es realmente verdad en tu experiencia ahora mismo. Tal vez te devuelvan a una profunda aceptación total, a una sencillez y a un reposo que son la esencia de todo, que te llevarán más allá de la necesidad de ninguna autoridad externa y te dejarán libre, como un árbol en mitad de la tormenta, mirando a la vida de frente, entregado de lleno a las realidades y los desafíos de la existencia relativa, pero también sólidamente asentado en la inquebrantable certeza de quien de verdad eres, firmemente enraizado en un saber que nunca morirá.

Meditación

El vivir no está separado del aprender, y en esto hay una gran belleza. Porque, después de todo, el amor es eso. El amor es compasión, pasión, pasión por todo. Cuando hay amor no existe el observador, no hay dualidad, la dualidad del “tú” que me amas “a mí” y del “yo” que te amo “a ti”. Sólo hay amor, ya sea amor por uno solo o por mil; sólo existe el amor.
Cuando hay amor, usted no puede obrar mal, haga lo que haga. Pero nosotros tratamos de hacerlo todo sin amor –viajes a la luna, los maravillosos descubrimientos científicos– y, por lo tanto, todo sale mal. El amor sólo puede existir cuando no existe el observador. O sea, que cuando la mente no está dividida en sí misma como uno que observa y lo observado, sólo entonces existe esa cualidad del amor. Cuando usted tiene eso, eso es lo Supremo.

Mente y escuela

Al principio todo depende de la mente: la mente debe educarse, debe despertar. Después, dependerá de la emoción. Para esto, uno necesita una escuela, uno deberá encontrarse con otras personas que sepan más que uno mismo y deberá discutir las cosas con ellas.
Cuando las personas trabajan juntas en algo por la misma experiencia, empiezan a ver, en sí mismas y en las otras personas, diferentes cosas que no advierten cuando tan sólo discuten. La discusión es una cosa y el trabajo es otra. De modo que en todas las escuelas existen diferentes clases de trabajo organizado, y las personas podrán encontrar siempre lo que les cuadre, sin sacrificios innecesarios, porque no se esperan sacrificios.
Si uno trabaja solo, o si lo intenta, no podrá poner a nadie en su lugar, y en cierto momento esto se torna muy necesario a fin de pasar al siguiente paso del conocimiento y del ser.

Un milagro es una corrección

Los milagros son como gotas de lluvia regeneradora que caen del Cielo sobre un mundo árido y polvoriento, al cual criaturas hambrientas y sedientas vienen a morir. Ahora tienen agua. Ahora el mundo está lleno de verdor. Y brotan por doquier señales de vida para demostrar que lo que nace jamás puede morir, pues lo que tiene vida es inmortal.

Identidad 1ª parte

Identidad 1ª parte En realidad, el mecanismo cuerpo-mente humano no es nada más que un patrón de energía dinámica. Eso es todo lo que el individúo es: energía vibrando y pulsando a una velocidad increíble, con una estructura o disposición particular. Y esa estructura tiene características que son peculiares en su organismo cuerpo mente. Ningún