El ser humano que no piensa por sí mismo, no piensa en absoluto

El ser humano que no piensa por sí mismo, no piensa en absoluto. La pereza y la cobardía son las causas de que una gran parte de los seres humanos permanezca, gustosamente, en la minoría de edad a lo largo de su vida, a pesar de que ya hace tiempo que la naturaleza los liberó de la dirección ajena (haciéndoles físicamente adultos); y por eso les ha resultado