La “Voluntad” del Guerrero 2

Un hombre despegado, sabiendo que no tiene posibilidad de poner vallas a su muerte, sólo tiene una cosa que lo res­palde: el poder de sus decisiones. Tiene que ser, por así decirlo, el amo de su elección. Debe comprender por com­pleto que su preferencia es su responsabilidad, y una vez que hace su selección no queda tiempo para lamentos ni recriminaciones. Sus decisiones son definitivas, simplemente porque su muerte no le da tiempo de adherirse a nada.

Lo que aprendí al estudiar con un monje

La lección de vida más importante que aprendí fue intentar algo tres veces (tal vez incluso cuatro) antes de dejar de intentarlo y seguir adelante. Además, este monje me enseñó que, incluso después de varios intentos, debes trabajar en diferentes ángulos para abordar las cosas que son difíciles.
Si sigues intentándolo, eventualmente llegarás a dónde vas.