No hay ningún mundo aparte de lo que deseas, y en eso radica, en última instancia, tu liberación. Cambia de mentalidad con respecto a lo que quieres ver, y el mundo cambiará a su vez. Las ideas no abandonan su fuente.
Libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era, y en lugar de ello elijo mi propia realidad.
Si pasas por los prados con sus miles de flores de todos los colores imaginables, desde el rojo brillante hasta el amarillo y el púrpura, y su hierba verde brillante lavada por la lluvia de anoche, rica y verde, nuevamente sin un solo movimiento de la maquinaria del pensamiento –entonces sabrás lo que es el amor.
Muchos de nosotros vivimos con estas rejas. Las sentimos pero no las vemos porque son invisibles. Estas rejas son nuestras creencias, nuestros juicios y opiniones, y sobre todo lo que nosotros pensamos de nosotros mismos. En el preciso instante que decidimos tomar conciencia de quiénes somos, dichas rejas se abren y nos damos cuenta que somos libres y que siempre lo hemos sido. Así logramos escapar de la prisión que nosotros mismos hemos creado.
La muerte es desnudarse de todo lo que no es usted. El secreto de la vida es ‘morir antes de morir’ y descubrir que no hay muerte”. Más adelante dice: “Lo bueno es que usted puede liberarse de su mente”. Él se refiere a la voz que nos habla incesantemente en nuestras cabezas: “La voz comenta, especula, juzga, compara, se queja, acepta, rechaza, y así sucesivamente. La voz no es necesariamente relevante para la situación en la que usted se encuentra en ese momento; puede estar revisando el pasado reciente o lejano o ensayando o imaginando posibles situaciones futuras”.
En un nivel muy básico, todos los seres piensan que deberían ser felices. Cuando la vida se vuelve difícil o dolorosa, sentimos que algo salió mal. Esto no sería un gran problema excepto por el hecho de que cuando sentimos que algo salió mal, estamos dispuestos a hacer cualquier cosa para volver a sentirnos bien. Incluso empezar una pelea.
La dificultad es inevitable en la vida humana. Por un lado, no podemos escapar de la realidad de la muerte. Pero también están las realidades del envejecimiento, de la enfermedad, de no obtener lo que queremos y de obtener lo que no queremos.
Contemplar mientras se investiga es dejar que la mente se movilice con las verdades que van apareciendo, dejando un espacio abierto para que la verdad penetre y para que surja entonces espontánea desde dentro (no desde el pensamiento) la respuesta a la verdad. Esta verdad que aparece espontánea se percibe con evidencia. ¿Y qué es una evidencia? Es una serena paz, el equilibrio de ser lo que somos. La verdad no se piensa, se es.
El arte de contemplar es el arte de ser. El avanzar en la contemplación es avanzar en el ser que somos verdaderamente y que se evidencia cuando contemplamos. Esto no se puede comprender desde la idea errónea que tenemos los humanos de que una cosa es conocer y otra es ser. Cuando pensamos, siempre lo hacemos desde la dualidad primigenia de la mente que escinde lo Real en dos: el que mira y lo mirado, el contemplador y lo contemplado. Así no podemos comprender; y por eso mismo creemos que el contemplar nos aleja del ser, cuando es realmente lo contrario.