Ser sin esfuerzo

A medida que descansamos sin esfuerzo en nuestro propio Ser, saboreamos cómo se siente estar libre de preocupaciones, anticipaciones y planificaciones. Encontramos la tranquilidad que hemos estado buscando todo el tiempo. Una paz que no está a merced de los acontecimientos, o las vacilaciones de la mente pensante. Una paz a la que podemos volver una y otra vez.
Hemos llegado a casa.