El hombre no es capaz de percibir el mundo circundante de modo totalmente objetivo. Es como cuando introduces una diapositiva en un proyector de vídeo y ves la imagen. La luz uniforme normal, al atravesar la película, se convierte en una imagen en la pantalla. La percepción representa la pantalla, el mundo circundante es la luz, y nuestra concepción del mundo es la diapositiva, es decir, el modelo de nuestra comprensión de este mundo.
Atención a la oscuridad
“Es la naturaleza del ego tomar, y la naturaleza del espíritu compartir”. — Proverbio
El autor y defensor de la medicina alternativa Deepak Chopra afirmó: “Si quieres alcanzar un estado de felicidad, ve más allá de tu ego. Toma la decisión de renunciar a la necesidad de controlar, la necesidad de ser aprobado y la necesidad de juzgar. Esas son las tres cosas que el ego está haciendo todo el tiempo. Es muy importante estar al tanto de ellos cada vez que aparecen”.
Mucha gente está dormida por el vicio que tiene el ego y son víctimas de él porque no se dan cuenta de su influencia.
Lo importante aquí es que el Yo es una experiencia real. No se trata de un ideal alejado de la realidad de todos los días (que es lo que la mayoría de la mayoría de nosotros piensa del alma), sino que está tan próximo a ti, como el aliento. El Yo es la fuente del Amor y, por lo tanto, es más real que cuanto bloquea al amor: la ira, el miedo, el egoísmo, la inseguridad y la desconfianza. Esas cualidades, por muy extendidas que puedan estar en la sociedad, son temporarias; crecen con el tiempo y deben ser aprendidas. El Yo, por el contrario, está firme en la paz y la seguridad: solo conoce el amor, porque su experiencia es solo de amor.
La mayoría de nosotros tiene la idea de que «Yo mismo» es un centro separado de sensación y acción, que vive dentro del cuerpo físico y está limitado por él; este centro «enfrenta» un mundo «exterior» de gentes y cosas, toma contacto por medio de sus sentidos con un universo ajeno y extraño. Algunas frases de uso diario reflejan esta ilusión: «Vine a este mundo…» «Debes enfrentar la realidad…» «La conquista de la naturaleza».
El Yo que enseña Krishna en el Bagavad Gita es un aspecto eterno de la naturaleza humana que trasciende toda individualidad, todo cambio en el espacio y el tiempo.
¿Cómo se superan las ilusiones? Ciertamente no mediante el uso de la fuerza o de la ira, ni oponiéndose a ellas en modo alguno. Se superan dejando simplemente que la razón te diga que las ilusiones contradicen la realidad. Las ilusiones se oponen a lo que no puede sino ser verdad. La oposición procede de ellas, no de la realidad. La realidad no se opone a nada. Lo que simplemente «es» no necesita defensa ni ofrece ninguna. Sólo las ilusiones necesitan defensa debido a su debilidad. Mas ¿cómo podría ser difícil recorrer el camino de la verdad cuando la debilidad es el único obstáculo? Tú eres el fuerte en este aparente conflicto y no necesitas ninguna defensa. Tampoco deseas nada que necesite defensa, pues cualquier cosa que necesite defensa te debilitará.