Culpabilidad, cen­sura y resentimiento

Cuando nos desembarazamos de la culpabilidad, cen­sura y resentimiento, cesamos naturalmente de manipular a los demás, haciéndoles sentirse culpables. ¡Qué alivio en las relaciones entre cónyuges (¡ay!, no podemos criticar al otro, somos nosotros quienes lo hemos atraído a nuestra vida tal como es, que lástima…) entre colegas de trabajo, entre padres, hijos! Un gran saneamiento de las relaciones se efectúa a partir del concepto de responsabilidad. Este espacio más sereno en las relaciones permite empezar a experimentar la aceptación y el amor incondicional.