Sabiendo que todo lo que sucede en nuestra vida es pertinente y está ahí para permitirnos crecer, cuando sufrimos un fracaso, en lugar de censurar al mundo entero o a nosotros mismos, buscaremos aprender de ese resultado que no corresponde a lo que queríamos. Cesamos de resistir a nuestros supuestos «fracasos», y aprendemos rápidamente por la experiencia que nos aportan. De esta forma nuestro éxito se construye sólidamente.