Junio 10-2013 Desde mi ventana ¿Quién no se ha desencantado cuando la mano amiga en quien había puesto su confianza de redención, de salvación sutilmente desaparece? Creo que casi todos hemos vivido y vivimos constantemente esta experiencia. Me doy cuenta, reflexionando interiormente, que la tendencia usual es buscar siempre afuera de nosotros mismos el punto
Esta cosa de lo «espiritual» necesita ser desempaquetada. Eso de trascender el mundo, ser inmune al sufrimiento del mundo, alejarse del mundo para entrar y contemplar tu ombligo, lograr un estado superior de conciencia en el que nada te toca. Todo esto … ya no es relevante hoy.
Te parece que el mundo te abandonaría por completo sólo con que alzases la mirada. Sin embargo, lo único que ocurriría es que serías tú quien lo abandonaría para siempre. En esto consiste el re-establecimiento de tu voluntad. Mira con los ojos bien abiertos a eso que juraste no mirar, y nunca más creerás que estás a merced de cosas que se encuentran más allá de ti, de fuerzas que no puedes controlar o de pensamientos que te asaltan en contra de tu voluntad. Tu voluntad es mirar ahí. Ningún deseo desquiciado, ningún impulso trivial de volverte a olvidar, ninguna punzada de miedo, ni el frío sudor de lo que aparenta ser la muerte pueden oponerse a tu voluntad. Pues lo que te atrae desde detrás del velo es algo que se encuentra en lo más recóndito de tu ser, algo de lo que no estás separado y con lo que eres completamente uno.
UCDM 1, cap. 19
Tengo el poder de decidir Nadie puede sufrir pérdida alguna a menos que ésa haya sido su propia decisión. Nadie sufre dolor salvo cuando él mismo así lo decide. Nadie puede estar afligido, sentir temor o creer que está enfermo a menos que eso sea lo que desea. Y nadie muere sin su propio consentimiento.
¿Qué es la salvación? La salvación es la promesa que Dios te hizo de que finalmente encontrarás el camino que conduce a Él. Y Él no puede dejar de cumplirla. Garantiza que al tiempo le llegará su fin, al igual que a todos los pensamientos que se originaron en ál. La Palabra de Dios se