Sobre la no-dualidad y la consciencia de las «cosas»

Cuando miramos nuestras células, como ser humano vemos que el ser humano está hecho sólo de elementos no humanos. Tenemos el elemento mineral en nosotros, tenemos el elemento vegetal en nosotros y tenemos el elemento «animal» en nosotros. No sólo tenemos antepasados ​​humanos, sino que también tenemos antepasados ​​animales y antepasados ​​vegetales y también ancestros minerales; y nuestros antepasados ​​no pertenecen solamente al pasado ― pertenecen al presente. Están plenamente presentes en nosotros. Sin ellos no podemos ver de la forma en que vemos, no podemos pensar de la forma en que pensamos, no podemos vivir de la forma en que vivimos. Y el electrón está también en nosotros. Así que cuando yo tengo un pensamiento todos los antepasados ​​en mí, incluyendo los antepasados ​​minerales, vegetales y animales, colaboran conmigo para producir ese pensamiento.

Llámame por mis verdaderos nombres (poema)

No digas que partiré mañana
porque todavía estoy llegando.
Mira profundamente: llego a cada instante
para ser el brote de una rama de primavera,
para ser un pequeño pájaro de alas aún frágiles
que aprende a cantar en su nuevo nido,
para ser oruga en el corazón de una flor,
para ser una piedra preciosa escondida en una roca.

Más allá del nacimiento y la muerte

Más allá del nacimiento y la muerte. Llegamos a la práctica de la meditación en busca de alivio de nuestro sufrimiento, y la meditación puede enseñarnos cómo transformar nuestro sufrimiento y obtener un alivio básico. Pero el alivio más profundo es la realización del nirvana. Hay dos dimensiones en la vida y deberíamos poder tocar ambas. Una es como una ola, y la llamamos dimensión histórica. La otra es como el agua, y la llamamos dimensión suprema o nirvana. Normalmente tocamos solo la ola, pero cuando descubrimos cómo tocar el agua, recibimos el fruto más elevado que la meditación puede ofrecer.

Las olas son agua

Cuando ustedes miran a la superficie del océano, pueden ver las olas subiendo y bajando. Ustedes pueden describirlas en términos de altas y bajas, grandes o pequeñas, más vigorosas o menos vigorosas, más bellas o menos bella. También pueden describirlas en términos de comenzar y terminar, nacimiento y muerte. Eso puede ser comparado con la dimensión histórica. En la dimensión histórica nosotros nos preocupamos o inquietamos con el nacimiento y la muerte, más poderosos menos poderosos, más bellos, menos bellos, como el comienzo y el final y así sucesivamente.

Práctica espiritual en nuestras vidas

Todos necesitamos una dimensión espiritual en nuestras vidas. Necesitamos la práctica espiritual. Si esa práctica es sólida y regular, seremos capaces de transformar el temor, la ira y la desesperación que sentimos y de superar las dificultades que encontramos en la vida cotidiana.