El mundo que ves es ciertamente despiadado, inestable y cruel, indiferente en lo que a ti respecta, presto a la venganza y lleno de odio inclemente. Da únicamente para más tarde quitar, y te despoja de todo aquello que por un tiempo creíste amar. En él no se puede encontrar amor duradero, porque en él no hay amor. Dicho mundo es el mundo del tiempo, donde a todo le llega su fin.
La eternidad, hemos dicho, no es sinónimo de un tiempo ilimitado, es la consciencia pura sin límites, es decir, sin sucesividad, sin tiempo. Y la puerta de esa consciencia pura sin tiempo, la puerta de la realidad, es lo más a mano pero lo menos advertido: el ahora, el momento presente.
La paradoja del tiempo. A simple vista, el momento presente es «lo que sucede». Puesto que los sucesos cambian continuamente, parecería que cada día de la vida consta de miles de momentos en los cuales suceden distintas cosas. El tiempo es para nosotros como una cadena interminable de momentos, algunos «buenos» y otros «malos». Sin embargo, si analizamos más detenidamente, es decir, a través de nuestra experiencia inmediata, descubrimos que realmente no hay muchos momentos. Descubrimos que lo único que hay es este momento.
El ego, el tiempo y el ahora I. La relación más importante y primordial de la vida es la relación con el Ahora. O mejor aún, con cualquiera que sea la forma que adopte el Ahora. Es decir, lo que es o lo que sucede. Si la relación con el Ahora es disfuncional, esa disfunción se reflejará en todas las relaciones y en todas las situaciones de la vida.
El significado de tu vida. Hoy dedica tu vida a amar, porque la muerte está cerca. Esto no es deprimente, es el Camino, y siempre ha sido el Camino. La muerte nos llega a todos, al santo y al pecador por igual, al rico y al pobre, a la ameba y a la Vía Láctea; ella viene de noche o en la brillante luz del día.
No tienes que sentirte ‘bien’ todo el tiempo No tienes que sentirte ‘bien’ todo el tiempo. No tienes que estar libre de resistencia todo el tiempo, feliz todo el tiempo, iluminado todo el tiempo, en paz todo el tiempo. ¡No hay ningún ‘todo el tiempo’! Tú eres mucho más grande que eso, menos limitado. No […]