EL VIAJE

Cuando reconocí que esta experiencia, era la experiencia de mi vida y servía para limpiar mi corazón,  el camino se allanó y terminó. Mi mirada giró 360 grados hacia el interior, en el centro del corazón y allí encontré lo que siempre había estado buscando, la Verdad, la fuerza de la Presencia.
Ahora sí, ahora ya había despertado del sueño y podía volver a casa, libre, vacía, tan liviana que apenas notaba la tierra bajo mis pies.
El viaje había terminado.