La prisa como estilo de vida

Cuánta gente anda corriendo de un lado para otro sin saber a dónde va ni a qué ha ido, y sin llegar a valorar si necesitaba ir de prisa o si podría haber hecho lo mismo a otro ritmo. La prisa no es un valor añadido. Nadie es mejor profesional ni mejor persona porque vaya rápido a todos sitios o porque exprese lo estresadísimo que está.
¿Ha calculado cuánto tiempo gana cuando va a toda velocidad?
La mayoría de las veces, ir deprisa no implica caminar más rápido o pensar de forma más ágil. Significa estar y sentirse internamente acelerado.

Pon tu pensamiento al revés

En un nivel muy básico, todos los seres piensan que deberían ser felices. Cuando la vida se vuelve difícil o dolorosa, sentimos que algo salió mal. Esto no sería un gran problema excepto por el hecho de que cuando sentimos que algo salió mal, estamos dispuestos a hacer cualquier cosa para volver a sentirnos bien. Incluso empezar una pelea.
La dificultad es inevitable en la vida humana. Por un lado, no podemos escapar de la realidad de la muerte. Pero también están las realidades del envejecimiento, de la enfermedad, de no obtener lo que queremos y de obtener lo que no queremos.

SOLO VIDA

Todo lo que hay es Vida penetrando la existencia. En cada roca, en cada grano de arena, en las verdes hojas, en las aguas dulces o saladas, en el fuego de la tierra, en cada ser vivo, en nuestras sonrisas, sentimientos, llantos o pensamientos, en todo esto y mucho más está la Vida manifestándose en una pluralidad que nos invita a reconocer la Unidad en todo.

El proceso impersonal de la desidentificación

El entendimiento y la vida no están separados. El entendimiento aporta un cambio definido en nuestra vida y en el vivir, y ese cambio es tan natural y espontáneo, que con frecuencia no nos damos cuenta del mismo. Curiosamente, ese cambio sólo lo reconocerán los demás. Puesto que actúas con naturalidad, con normalidad, pero lo más esencial es que no esperas ningún cambio. Por consiguiente, éste se produce. El cambio se produce y los demás se dan cuenta. ¿Cómo lo sabes? Sigues haciendo lo que hacías antes, pero sin ansiedad ni deseo. De alguna manera, eso se transmite a las personas con las que estás en contacto.

Conviértete en lo que eres

Se ha dicho que la sabiduría más elevada estriba en el desapego, o, según palabras de Chuang Tse: “El hombre perfecto utiliza su mente como un espejo; no se aferra a nada, no rechaza nada; solo recibe, pero no retiene”.
El desapego significa no sentir ningún remordimiento por el pasado ni miedo por el futuro; dejar que la vida siga su curso sin intentar interferir en su movimiento y cambio, sin intentar prolongar las cosas placenteras ni provocar la desaparición de las desagradables.
Actuar de este modo es moverse al ritmo de la vida, estar en perfecta armonía con su música cambiante, a esto se llama iluminación.