El arte de escuchar

En el corazón de este enfoque, ya sea que se trate del autoconocimiento o del conocimiento del cuerpo, está la forma de observar: el arte de escuchar. Normalmente concebimos la observación como dirigida a algún objeto, una concentración, pero aquí permitimos que el objeto aparezca en la observación. Escuchar aquí no se refiere a nuestros oídos, ni a una función cerebral, sino a nuestra total apertura. No se trata de intentar escuchar ya que escuchar es nuestro estado natural, sino de ver que no escuchamos.