LIBRE ALBEDRÍO Y LA VOLUNTAD DE DIOS

La esencia de la comprensión definitiva es el hecho ineluctable de que el ser humano individual, como tal, no tiene ―no puede tener― ninguna volición. Carece completamente de libertad de elección y de acción independientes, por la simple razón de que el ser humano no es una entidad autónoma. Es meramente una parte infinitesimal de la totalidad de la manifestación.