Todo es una sola cosa

Todo es una sola cosa; sólo que a nosotros las cosas nos parecen separadas; en realidad están todas ligadas juntas, como las diferentes partes del cuerpo. Esto se parece a la circulación de la sangre en un organismo, o al fluir de la savia en una rama que crece. He aquí por qué es necesaria la comunicación.

El hombre no está bajo un solo tipo de ley, sino bajo muchos tipos diferentes. Primero de todo, el hombre, como toda criatura sobre la Tierra, vive bajo leyes físicas, lo cual significa que sólo puede vivir dentro de ciertos límites de temperatura. Luego, debe haber una cantidad particular de humedad en el aire, y el aire debe ser de una especial consistencia química para que el hombre respire. El hombre está también limitado a cierta clase de comida que pueda digerir. Estas cosas son todas leyes para el hombre. Luego, llegando a leyes muy simples, está, por ejemplo, nuestra ignorancia. No nos conocemos: esta es una ley. Si empezamos a conocernos, nos libramos de una ley. Como dije, no podemos confeccionar un catálogo con ellas, pues algunas no tienen nombres, pero algunas las conocemos. Por ejemplo, sabemos que todos los hombres viven bajo la ley de la identificación: esta es otra ley. Los que comienzan a recordarse, empiezan a librarse de la ley de identificación. De modo que, a fin de librarse de las leyes, primero es necesario hallar una ley de la que uno pueda librarse, y librarse de ella. Luego, cuando uno se libró de esta ley, uno puede hallar otra. De este modo, uno se libra a sí mismo, y así sucesivamente. Este es el modo práctico de estudiar las leyes…

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La ley del sueño es una ley cósmica. El hombre está hecho de esta manera; muchas leyes cósmicas mantienen este ordenamiento. Pero hay leyes que nos estorban por todos lados y nos mantienen en sujeción, y que no son necesarias para nada: no hay lado beneficioso ni necesidad cósmica. Estamos bajo demasiadas leyes innecesarias, y principalmente bajo nuestra propia mecanicidad. Esto es lo que particularmente nos mantiene abajo. Por ejemplo, vivimos bajo la ley de las emociones negativas: no es una ley necesaria; podemos vivir mucho más felizmente sin emociones negativas, aunque la gente no cree en eso.

Los cuatro Caminos son los caminos de la liberación respecto de las leyes innecesarias. Sin escuelas, uno no puede saber de qué leyes puede librarse, ni encontrar el medio para librarse de ellas. La idea es que estamos bajo demasiadas leyes mecánicas. Eventualmente, podemos librarnos de algunas de ellas, sujetándonos a otras leyes. El único modo de librarse del poder de una ley es ponerse bajo otra ley. Pero esta es sólo una idea general. A usted le pueden mostrar el camino, pero el que debe trabajar es usted.

El resultado del trabajo sobre uno mismo no es la creación de leyes nuevas sino la liberación respecto de leyes innecesarias. La disciplina, necesaria para el período de estudio, es sólo un medio, no un fin. En el estudio de uno mismo, el entender es necesario, y ser consciente. No puede escaparse con palabras. Esto es exactamente lo que es imposible.

Individualmente, somos demasiado pequeños como para que cualquier fuerza superior nos conozca. Por ello, ¿quién es justo o injusto? Operamos con ideas imaginarias. En un pequeño círculo limitado, en definidas condiciones limitadas, puede haber justicia e injusticia. Pero en una escala mayor, esta idea pierde su significado. Hay muchas ideas como esa que tienen cierto significado en una pequeña escala, pero pierden todo significado en una escala mayor. Al mismo tiempo, esta idea de la justicia es interesante porque las personas pierden gran cantidad de energía en este punto. Podemos detener ese desperdicio, pero no podemos corregir las cosas en el mundo. Toda la vida, desde el principio hasta el fin, es una injusticia. Por ejemplo, tenemos que morir: esto es muy injusto. Dividimos las cosas en justas e injustas, ¿y qué derecho tenemos? Toda la vida orgánica se basa en la injusticia; es una granja que se autosustenta criando gatos y ratas. Los gatos se comen a las ratas y las ratas se comen a los gatos. ¿Qué es la justicia entre gatos y ratas? Esto es la vida. No es nada muy bello. Nuestro objetivo es salir; no nos compete sentir indignación, eso es simplemente pérdida de energía. Pero no debemos pretender que los hechos sean diferentes de lo que son.

Desde este punto de vista, toda la vida orgánica puede considerarse como un largo trabajo de experimentación con la idea de producir un ser que evolucione por sí. Si el hombre puede alcanzar un estado superior es porque está hecho de ese modo: está creado para ser auto-evolucionante. Los otros seres son sólo experimentos para desarrollar diferentes rasgos, no poseen todas las cualidades que el hombre posee.

P. D. Ouspensky: El cuarto camino, cap. VIII