Acumuladores

Mediante preparación uno puede realizar una enorme cantidad de trabajo, pero si un hombre sin preparación empieza a realizar el mismo trabajo, usará demasiada energía en movimientos muy simples y usará sus acumuladores de modo incorrecto. Si quiere pensar en esto más científicamente, debe darse cuenta que la preparación, tomada en un sentido corriente, dispone los acumuladores para que trabajen correctamente. En realidad, aunque yo ponga sólo dos acumuladores cerca de cada centro, hay muchísimos más. Cada centro está rodeado por acumuladores.

Acumuladores

Los diferentes centros usan energía diferente, pero fundamentalmente es una sola. Usted ha visto en el Diagrama de Alimentos cómo se crea la energía. Hay muchas variaciones de hidrógenos usados para órganos y acumuladores diferentes.

Los acumuladores pequeños se recargan constantemente. Pero el acumulador grande se recarga durante el sueño con la energía derivada de las tres clases de alimento. Todas las energías se mantienen en el acumulador grande, mezcladas o en una forma superior. Cuando llega un pedido, se envía un hidrógeno correspondiente. Si se produce energía, se almacena en el acumulador grande. Si se produce más de la necesaria para la vida, puede almacenarse en muchos lugares.

La energía requerida para recordarse proviene del funcionamiento apropiado de los centros. Cuando todos los centros trabajan incorrectamente, no puede haber acumulación de energía. Pero esto no es suficiente. Es necesario aumentar la cantidad de energía, y ésta sólo puede aumentarse mediante esfuerzos: esfuerzos pequeños, como la lucha con los hábitos, la observación de sí, el tratar de controlar la atención, etc. Cada uno tiene algunos esfuerzos particulares que puede realizar; los esfuerzos de una persona puede ser que no sean buenos para otra, o que sean demasiado fáciles, o imposibles.

El trabajo habitual regula la cantidad de energía que penetra en los acumuladores de cada centro. A veces, no pueden llenarse, a veces rehúsan llenarse, y a veces no necesitan llenarse. Hay muchas razones para esto, y usted no puede controlarlo. Pero realizando esfuerzos, o recordándose, usted aumenta la posibilidad de control.

Todo el trabajo se concentra realmente en la consciencia. En el trabajo sobre los centros sólo tratamos de detener definidamente el trabajo incorrecto. No hay ejercicios para aumentar el trabajo de los centros: todo el trabajo es sobre la consciencia. Cuando se aumente la consciencia, los centros se adaptarán. Pero el trabajo incorrecto de los centros debe detenerse, pues si siguiéramos siendo anormales y nos volviéramos conscientes, nuestros centros enloquecerían: no podrían resistirlo. Pero eso no puede suceder: uno no puede volverse consciente inconscientemente. Las personas a menudo preguntan: ¿Qué gana uno volviéndose consciente? Esto es porque no saben cuál es el resultado de la consciencia. Cuando estamos conscientes, nos conectamos con los centros superiores y entonces todo el cuadro cambia.

P. D. Ouspensky: El Cuarto Camino, cap. IX